Las personas dentro del universo vibratorio en el que vivimos somos energía e información y en dicho universo nada se pierde; se puede transformar por medio de la toma de consciencia en algo conocido y aceptarlo como es sin emitir juicios de por medio para que de esa manera puedas fluir más plena e íntegramente y tomar decisiones con mayor claridad cada vez en la medida en la que aceptes lo que vayas conociendo de ti.
Parte de esa información está velada en el inconsciente con el fin de mantener funcionando tu vida sin que te sientas abrumado. Dicha información aunque está oculta para tu consciencia, se encuentra donde se te complicará mas encontrarla: justo frente a tus ojos y alrededor de ti. Como diría Sigmund Freud en su momento, podemos conocer la información del inconsciente a través de nuestras relaciones, enfermedades, sueño y lapsus.
Entonces el proceso es el siguiente: por alguna razón te das cuenta que si muestras un impulso o deseo en particular serás rechazada, entonces lo reprimes y de esa manera pasa a formar parte de tu sombra, así que la olvidas pero la información continúa ahí, no se pierde, así que de pronto te ves en medio de una relación que te desagrada, te duele, rechazas y/o conflictúa y crees que no tiene nada que ver contigo puesto que te desconectaste de aquello que alguna vez rechazaste, por lo tanto lo ves reflejado en una persona o situación fuera de ti y la mayoría de las veces es un tema recurrente en tu vida, ese mecanismo es el conocido como proyección; que funciona tal y como un proyector de cine, al que le colocas un carrete con información que se proyecta sobre una pantalla en blanco y reaccionas ante esos personajes que no están en la pantalla sino en el carrete. El carrete es la información que permanece en tu sombra, el proyector es tu percepción y la pantalla en blanco es el mundo que es como es, pero que tú llenas con tus percepciones. Cuando en lugar de negar, aceptas y con honestidad revisas dentro de ti esa información sin juzgarla, tu percepción cambia y por lo tanto dejas de proyectar lo reprimido o rechazado y al mundo y su contenido le quitas tu percepción y lo ves tal y como es.
¿Quién puso esa información ahí y qué podemos esperar encontrar?
El lado B es la sombra, término que acuñó Carl Jung un psicólogo muy reconocido y brillante de principios del siglo pasado. Cuando naces, tu lado B (o tu sombra) se va llenando de información de todo aquello que no es aceptado por tu familia y la sociedad en la que vives y a su vez, sus respectivos miembros tienen una sombra que es evidente en su totalidad en los miembros y antivalores que son rechazados, recuerda que lo rechazado es lo que conforma tu sombra y tu sombra se encuentra en el inconsciente y el inconsciente se refleja en tus relaciones, no sólo las interpersonales sino también en la forma en la que te vinculas con conceptos como el dinero, la salud, la religión, etc.
Bien, en el inconsciente está toda la información que no aceptas, niegas, reprimes y rechazas, no es necesariamente mala, vergonzosa o dañina sino que así la juzgas y eso es lo que temes al respecto de saberla. El héroe y el villano se encuentran dentro de ti.
Las cosas y el mundo son como son, el problema es el juicio que emitimos acerca de ello, eso es justo lo que nos afecta y nos hace entrar en conflicto; el trabajo consiste siempre en un ejercicio mental en el que en lugar de juzgar, observas, aceptas y fluyes para así permanecer en silencio. En el silencio de la mente al respecto del mundo es como podemos escuchar fuerte y claro la voz de tu guía interna que siempre es sabia y acertada.
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