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Ser abundante


La abundancia es el reconocimiento de que eres, estás, tienes y puedes; no importa la situación actual en la que te encuentres si crees en ti, tu bienestar ya es un hecho y no cuestión de tiempo, eso significa que reconoces tu abundancia. Por lo tanto la abundancia no es tener, sino ser.

De la abundancia a la prosperidad hay un paso que consiste en su materialización. No se trata de que desees cosas, condiciones, personas, estados emocionales o mentales, se trata de que te sientas poseedor de ello y tu estado anímico de cuenta de ello, es decir, te darás cuenta de que ya estás justo como quieres cuando reconozcas que es posible para ti y ese estado emocional será suficiente para que lo que te rodee resuene contigo.

Así que si te sientes en necesidad ello te coloca en una congruencia de emociones y pensamientos de carencia. Se trata de que te sientas tan pleno y realizado dentro de ti que lo que te tengas o dejes de tener no te signifique nada, es decir, que si tienes o no tienes algo o bien si dejas de tenerlo te sientas igualmente pleno y realizado.

Lo anterior puedes lograrlo a través de diferentes metodologías y estrategias, pero el fin siempre será el mismo: expandir tu conciencia a través del reconocimiento del ser espiritual y divino que eres, lo cual implicará que te deshagas de la idea de que eres un cuerpo encadenado a percepciones y al pensamiento dual. La estrategia es lo de menos porque lo que se requiere de ti es que creas que no eres un cuerpo sino un ser divino; así que seguramente lo que a ti te funciona al otro no le ayudará para nada y viceversa, eso no quiere decir nada ni tampoco conviene que pierdas tu tiempo prestándole atención, si te funciona a ti entonces alégrate y sigue el camino que te lleve al conocimiento de una realidad más profunda cada vez.

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