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La misión de vida no es algo que se construya, es algo que se descubre con el paso del tiempo y tus experiencias de vida que no son en absoluto fortuitas, son como el martillo que facilita que la obra de arte que siempre ha estado ahí sea evidente para ti.
La misión del Espíritu siempre será una para todos y podemos enunciarla en términos de Amor, paz o felicidad: "Ser feliz", "Amar incondicionalmente", "Encontrar la paz interior"; finalmente en niveles altos de conciencia la experiencia es de total plenitud y gozo y es la condición natural del Espíritu. Lo que un alma y una personalidad conectadas realizan en conjunto resulta en un Espíritu gozoso y pleno.
La misión del alma depende del proceso evolutivo en la que se encuentra cada una, de sus experiencias a través de las diversas encarnaciones y de lo que en la actual se ha propuesto aprender a modo de lección. Cada vida, cual novela, tiene protagonistas principales, secundarios y extras, todos son igualmente importantes pues nos dan pistas para que nuestra personalidad sea consciente del propósito de cada encuentro y situación desfavorable o afortunada. De ahí la importancia de tener momentos de calma para que lo que vives no te distraiga ni tampoco te agobie y puedas leer entre líneas para que descubras de qué manera aquello te impulsa a dar más y puedas realizar tu misión de manera más óptima. Esta misión responde a la pregunta: ¿Para qué?, al sentido que tiene hacer lo que haces a diario.
La misión de tu personalidad en cambio responde a la pregunta: ¿Qué? ¿Cuándo? ¿Dónde? y ¿Cómo?, ya que sus respuestas son encaminadas a reconocer comportamientos, contextos y medios específicos a través de los cuales realizarás el ¿Para qué? .
Por ejemplo, hace tiempo conocí a una persona que afirmaba que su misión (de alma) es hacer felices a las personas y llevarles alegría; podríamos suponer que se dedicaba a ser actor, comediante o maestro, pero no, es comunicólogo y durante muchos años fue productor de dos estaciones de radio de corte musical, es decir a eso respondía su ¿Qué? ¿Dónde? ¿Cuándo? y ¿Cómo?. Otra persona cuyo propósito de vida es ayudar a que un millón de personas liquide sus deudas y tengan libertad financiera, también podríamos suponer que tiene un equis número de profesiones, pero no, es ingeniero químico y descubrió que podía aprender a invertir exitosamente en la bolsa de NY principalmente cambiando de mentalidad.
Así también tú puedes intuir cuál es tu misión de vida, cuando integras aquello que te hace feliz, que te hace estar en paz y a través de lo cual puedes amar incondicional e ilimitadamente sin importar qué tan diverso sea o qué tan diferente a aquello a lo cual te dedicas, por ejemplo, Steve Jobs en un momento de confusión vocacional se apuntó a un curso de caligrafía tan sólo porque le gustaba la idea de aprender, años después integró las tipografías a las computadoras personales. Descubrir los medios es sencillo cuando reconoces tus habilidades, capacidades, talentos y dones. Y por último algo sumamente importante, tu misión de vida es algo que puedes compartir con mucha gente y que de alguna manera les significa algo importante
Es decir, no tienes que sacrificar nada de lo que eres o te gusta hacer sino integrarlo y descubrirte como si fueras un rompecabezas que estás armando pieza por pieza o como una escultura que vas moldeando con mucho entusiasmo y pasión. Es lo más fácil y natural para ti, aunque algunas veces así lo sientes hasta después de salirte de tu zona de confort, porque precisamente se trata de eliminar los malos hábitos, creencias limitantes y cargas emocionales que son las que te mantienen en esa zona donde no pasa nada y así puedas conocer al que siempre estuvo ahí detrás.
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