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Lectura de emociones


Ya hemos hablado acerca de que las emociones no se controlan, tampoco deben juzgarse sino sólo sentirlas y dejarlas pasar. Debido a que su origen es tanto biológico como generadas por programaciones mentales; existen dos estrategias para manejarlas que son muy simples en su descripción pero que requieren de tu práctica para que cada vez te sea más sencillo manejarlas y no te sientas rebasado por ellas.

Lectura de emociones | Psicología del Espíritu | México

1. Si esa emoción, ya sea enojo, miedo, tristeza, frustración o cualquier otra aparece súbitamente, es decir, no es algo que sientas con frecuencia y de manera crónica, entonces lo más probable es que te esté dando información que requieres prestarle atención porque significa que necesitas hacer algo al respecto. Las emociones no son malas, en este caso nos alertan y nos indican que necesitamos pasar a la acción. En el caso del enojo, necesitas poner un límite; si es miedo, debes permanecer alerta y ser precavido; si es tristeza, requieres hacer introspección y tomar conciencia; en el caso de la frustración debes crearte otras maneras creativas de lograr tu cometido. En el caso del enojo y frustración la acción que ejecutes, realízala cuando haya pasado la emoción porque así disfrutarás de una mayor claridad de mente y de corazón para tomar la mejor decisión.

2. Si por otro lado, esa emoción es crónica, entonces su solución y su causa sin duda están relacionadas con alguna programación mental o creencia limitante que la generó, para lo cual detente y practica el silencio por 17 segundos, respira profundamente y permanece en silencio cada vez que aparezca. Estas emociones son las que se experimentan a partir de un hecho traumático que olvidaste o que no has conectado con lo que sientes; también sucede que se originan por historias que no has sanado, ya sea tuyas o relacionadas con lo transgeneracional. Será necesario que averigües la programación mental que la origina y la transformes, este trabajo no lo puedes hacer solo, debes buscar a alguien que te acompañe en este proceso.

La solución no está en la emoción, o sea a la emoción no tienes que hacerle nada más que sentirla, es en el nivel superior que es la mente, donde encontrarás el origen de la emoción. Recuerda que quien le da el visto bueno a la decisión que debas tomar es el sentimiento, pregúntate ¿Esta decisión que estoy tomando se siente bien? y si se siente bien, entonces está bien.

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