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Decisiones, tu oportunidad de hacer las cosas diferente.


Las decisiones alineadas con tu proyecto de vida están bien tomadas, las decisiones que están alineadas con el plan de vida de tu alma son mucho mejores, pero las decisiones alineadas con el propósito de tu Espíritu te liberan.

Tu personalidad está a ciegas y desatina cuando elige con los sentidos esclavizados a su percepción; cuando ya tienes suficiente y te enfrentas a situaciones difíciles, duelos o enfermedades es cuando crees necesario hacer una pausa y reflexionar sobre lo que está pasando ir más profundo y buscar respuestas. Generalmente lo que interpretamos como tocar fondo es una llamada desesperada de tu alma para que te alinees con el propósito que te planteaste antes de nacer, si haces caso a esa llamada tu vida tomará un giro que te hará sentir mucho mejor, de lo contrario habrán más llamadas de atención. Yo esto lo visualizo como ir en una carrera de obstáculos en la que vienen otros detrás y hay muchos delante de ti y debes correr sino pierdes, durante esa carrera llega un momento en el que tu alma se da cuenta de que algo anda mal, que estás cansada de jugar ese juego y ya no quieres jugarlo, entonces llega el momento de parar y salirte de la carrera y acudir al dulce llamado de tu Espíritu que te dice que todo está bien, que ya lo tienes todo y no necesitas más nada.

En todo eres libre de tomar la decisión de acudir al llamado o no, de hacer algo por ti o no, de cambiar o no, en resumen, de hacer algo al respecto o bien dejarlo pasar.

Para facilitarte este proceso existen unos tips que con la práctica (como todo) te serán más sencillos cada vez:

1. Así como pasa en el cuerpo, si algo duele no anda bien. El dolor sólo es normal si te concibes como un cuerpo, pero tú no eres un cuerpo, eres Espíritu y al Espíritu no le duele nada, así que si algo te duele es que algo anda mal.

2. No tienes nada que perder y sí mucho que ganar, a lo mucho lo único que puedes perder es el miedo.

3. Si te cuesta trabajo confiar, comienza por cuidar de ti. La desconfianza se relaciona con el recelo y el resentimiento, el antídoto es el amor, así que ámate a ti misma.

4. Sigue tu intuición y respeta a tus emociones, ellas son una guía que te indican lo que es bueno para ti. Mientras más las escuchas, las sientes, las respiras y las dejas ir, más fácil te será dominarte y leerlas para que efectivamente las puedas utilizar como guía.

5. Conócete a ti misma, toma cursos, lee libros, haz meditaciones y visualizaciones, acude a terapia. Todos tenemos asuntos que arreglar, pero no todos somos conscientes de ellos, y no todos tienen el coraje y la valentía de afrontarlos ni la determinación de cambiarlos.

6. Aprende una estrategia, aplícala una y mil veces; ensayo y error hasta que te salga bien.

7. Toma decisiones tranquila. El enojo, la soledad, el miedo y la tristeza son muy malas consejeras. Si se te complica estar tranquila, entonces tus decisiones irán encaminadas a recuperar tu tranquilidad para tener claridad y así tomar decisiones más acertadas en el tema en cuestión.

8. La duda no tiene por qué detenerte, si dudas, mira hacia otro lado y busca opciones que te hagan sentir segura y tranquila.

9. También es decisión tuya si después de un evento trágico o desagradable en tu vida, sientes tristeza, resentimiento, ira o duda, inseguridad y miedo. No te lo mereces, eres un ser digno de toda cosa buena. Mejor aprovecha esas experiencias como una oportunidad de ser mejor persona.

Muévete, así como un músculo que se atrofia si no lo utilizas, tú también puedes perder tu fuerza si no haces algo por ti misma, pero hazlo ya.

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