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Cuándo parar


¿Has dudado de tomar la decisión de dejar tu relación porque crees que podrías estar apresurando las cosas? ¿¿Has pensado que quizás estás estás soltando la toalla demasiado pronto? ¿Crees que aún falta intentar algo más?

Decidir el momento adecuado para dejar ir no sólo aplica a las relaciones de pareja sino también a cualquier otro tipo de relación como las alianzas laborales, asociaciones o incluso entre familiares y amigos. Mientras lees incluye también la relación que guardas con alguna creencia, idea o emoción.

Cuando leí en Un Curso de Milagros que cualquier cosa en el mundo es tan sólo una idea y no un hecho, sentí clarito cómo se soltaba otro hilo del lazo que me ata al mundo. Si bien es cierto que es muy importante persistir en las metas que te propongas, hay que saber contextualizar para distinguir los asuntos en los cuales debes dejar ir. Como regla general: si sientes paz, alegría y entusiasmo vas bien, de lo contrario, detente. Es muy diferente sentirte tan bien porque estás saliendo de tu zona de confort, aprendiendo y conociendo habilidades que no sabías que tenías y sentir esa adrenalina porque te la estás jugando y vas con todo; a sentirte liberado porque soltaste algo que estaba condenado al fracaso.

Cada suceso en la vida tiene su propósito y su enseñanza, si es algo que de manera frecuente te sucede puedes estar seguro que se espera de ti que hagas algo diferente al respecto, cualquier elemento que quites o agregues te llevará a un resultado diferente.

Entiendo perfecto que cuando estás inmerso en algo sea tan complicado discernir al respecto, pero cuando algo no marcha bien debes tener como hábito detenerte, ser muy honesto contigo, dejar de racionalizar y justificarte para considerar que si te está pasando lo siguiente, debes parar:

1. Cuando tu dignidad y amor propio se vea en peligro, es decir le estés dando más importancia a otras cocas que a esto.

2. Cuando ya no sea un acto de amor sino de dependencia. Lo sabrás porque de pensarte sin ello, sea lo que sea sientes mucho miedo, soledad y/o tristeza, o bien tu autoconcepto se ve afectado.

3. Cuando tener eso sea más importante que tu misión, tu propósito mayor en la vida, la razón por cual haces todo. Si cuando piensas en esto, una persona viene a tu mente, vamos por mal camino. Tu misión, tu propósito y tu razón debe ser algo intangible, incluso inefable; sino tan sólo es una meta u objetivo y corres el riesgo de perderte en el camino queriendo consumarlo.

4. Cuando otras cosas importantes en la vida se te han olvidado, llámese seres queridos, salud, trabajo, hábitos saludables como dormir, comer o asearte.

5. Cuando has dejado a un lado tus más altos ideales y valores.

6. Cuando quieres cosas diferentes a la otra parte y/o visceversa.

7. Cuando saliste de tu zona de confort, aprendiste mil cosas nuevas que sabes que hicieron de ti una mejor persona, entraste a la zona de pánico y aún así sucede cualquiera de las cosas anteriores.

8. Después del punto 7, dejó de ser divertido, de darte paz, alegría y entusiasmo.

Recuerda que no se puede salir solo del abismo en el cual caíste, pero sí puedes lograrlo con voluntad, ganas, deseo y disposición a ser guiado.

¡¡Así que no demores más y para!!

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