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La muerte es parte de la vida, la muerte representa los finales, las pérdidas, los cambios, en fin todo lo que alguna vez fue y dejó de ser; de historias de este tipo podemos estar seguros que tendremos muchas a lo largo de la vida; sin embargo, difícilmente estamos preparados para este tipo de eventos y como consecuencia tampoco sabemos lidiar con todo el proceso de elaboración de duelo. el duelo es un proceso de adaptación emocional que es completamente normal y se vive frente a una pérdida, puede durar de 6 meses hasta 2 años, sin embargo hay procesos que pueden tomar más tiempo.
Para saber manejarlo además de estar conscientes y aceptar que pasaremos por este tipo de situaciones en repetidas ocasiones a lo largo de la vida, también es imprescindible que estés informado sobre lo que implica elaborar un duelo y que sepas cuando se trata de un proceso que puedes llevar por ti mismo y en qué momento sí necesitas acompañamiento para comprender lo sucedido y aceptar el cambio y la pérdida. Por otro lado, es muy cierto que no sólo en las buenas sino también en las malas te conoces, así que es un buen momento para conocer tus miedos, explorar tus inseguridades y practicar el desapego, lo cual forma parte del autoconocimiento. Por último, necesitas armarte de valor y reconocer los diferentes momentos del duelo para que te des oportunidad de sentirte, escucharte y sobre todo darte el tiempo necesario para que finalmente puedas reconstruir tu vida y tu identidad a través de un nuevo proyecto de vida.
Los duelos se experimentan ante los cambios que forman parte de la vida como en el crecimiento, la etapa escolar, el paso a la edad adulta, cuando te conviertes en padre/madre, cuando pierdes vitalidad o salud debido a la edad, etc. Así como también ante pérdidas como las que se enfrentan en un divorcio, la muerte de un ser querido, un despido laboral entre muchas otras.
Cuando te enfrentas a este tipo de situaciones la primera reacción es la negación, dudas que sea verdad, te encuentras en un estado de shock o bien pareciera que no tienes reacción alguna de pérdida y aparentemente te sientes tranquilo. También puedes sentir mucho enojo e indignación ante esta pérdida o cambio, es un estado emocional en el que sientes culpa o resentimiento ante las personas involucradas, buscas un culpable e incluso puedes tener pensamientos de venganza, irritabilidad y/o envidia. Es importante aclarar que generalmente estos estados emocionales no necesariamente van en orden, puedes sentir tristeza y después regresar a la rabia y a la negación. En la etapa de la negociación comienzas a hacer cosas por ti y para ti, añoras lo que ya pasó pero también quieres estar bien y estableces nuevas metas a pesar del dolor, en esta etapa puede suceder que intentas regresar a lo ya vivido. Cuando llega la tristeza es muy normal que te sientas vacío y solo, sin sentido para seguir viviendo o continuar haciendo esfuerzos por estar bien, se experimenta un dolor profundo al igual que desesperanza.. La última etapa siempre es la aceptación de la pérdida y de todo lo que eso implica, es cuando estás convencido de dar pasos hacia una nueva vida y te sientes dispuesto a aprender cosas nuevas, conocer otras personas y dar pasos dejando atrás lo que ya no será, pero con una actitud de esperanza y paz.
Hay duelos que son más fáciles como el cambio de la adolescencia a la edad adulta, y existen otros duelos más difíciles como la pérdida de un hijo o de la estabilidad laboral y económica que pueden culminar en depresiones crónicas o bien en suicidio sino se cuentan con los recursos personales y un círculo de apoyo en el que los familiares y amigos son una parte fundamental. Es cierto también que cada quien vive la pérdida a su manera pero las emociones son las mismas, es por ello que no conviene que minimices el dolor de las personas a causa de su edad o de la magnitud del suceso. Y aunque parezca que el dolor no terminará nunca y que tu vida se acaba, créeme que con toda seguridad eso también pasará, sólo respeta tu proceso, no te aísles más de la cuenta y toma el apoyo y el cariño de las personas que te quieren.
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