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Cómo hacer para que tu hijo duerma en su cama


Si estás leyendo este artículo es porque consideras que formar buenos hábitos de sueño es esencial y también seguramente estás en el proceso de creárselo a tu pequeño o bien estás corrigiéndolo, cualquiera que sea tu caso toma lápiz y papel y ve poniendo palomita a lo que tengas cubierto y a lo que no préstale la debida atención.

La buena noticia es que el 90% de los problemas de los niños menores de 6 años son fácilmente corregibles si en casa se modifican algunos aspectos de la dinámica familiar, entre estos:

1. Estrés en la familia.

2. Miedos, inseguridad y culpas creadas o inculcadas por familiares o por los mismos padres.

3. Creencias o supuestas necesidades.

4. Alguno de los adultos que viven en casa no tiene buenos hábitos de sueño.

5. Falta de información.

Recuerda que todo lo que sientas, piensas o creas tu niño lo sentirá, no importa si lo hablas o no con tu pequeño ya que los niños son más perceptivos a los sentimientos porque no tienen el obstáculo de las experiencias de vida que un adulto ya tiene, así que antes de poner en práctica cualquier estrategia y tengas éxito más que la "forma" importa "el fondo", es decir, más que la estrategia importa cómo la apliques, así que considera los siguientes recursos:

1. Confianza: En ti y en tu pequeño, confía en tu intuición, tu creatividad y confía en que él puede hacerlo sólo necesita que creas en él y saber que puede dar pasos como parte de su proceso natural de crecimiento.

2. Paciencia: Kilos y kilos que dependen de que conozcas el proceso en el que está tu pequeño y empatices con él, él crecerá y podrá hacerlo sólo no se lo impidas.

3. Firmeza: Una vez que inicies no des pasos atrás, si tu hijo requiere vincularse contigo busca otros espacios para ese propósito, un hijo es un desafío a los límites que te has puesto a ti mismo.

4. Constancia: Es lo que se requiere para que todo buen hábito se forme, mínimo 21 días para que el hábito forje el carácter y la personalidad de cualquier ser humano.

La edad ideal para comenzar este proceso es a los 6 meses porque se considera que a esa edad los niños ya logran dormir más horas de noche y de manera consecutiva y no requieren comer cada tres horas. Si no se logró dar este paso a esa edad, a los 8 meses los niños ya saben que hay alguien que los ama y que les provee de todas sus necesidades, ya se creó un vínculo afectivo entre la mamá y el niño y cuando no la ve aunque sea por unos segundos comienza a angustiarse, esto se llama angustia de separación y el niño llora inconsolablemente hasta cuando su mamá va al baño, efectivamente a esta edad es más complicado iniciar el proceso de que duerma en su cuarto pero es posible si al niño le aseguras que no lo abandonarás. Después de esta edad se va complicando el proceso porque el niño sigue creciendo y acostumbrándose a una dinámica que le brinda seguridad y comodidad, es comprensible que le cueste trabajo, pero a veces les cuesta más trabajo a los papás que a los niños.

Todo buen hábito requiere de un procedimiento, de constancia y de repetición para ello necesitas un procedimiento previo:

1. Si tu pequeño aún es bebé sólo requieres continuar con la creación del "nido": contar con antelación con un cuarto ya dispuesto para él, con una cama, decorado y organizado para que comience a adueñarse de su espacio y hacerlo familiar; si es mayorcito considera incluirlo en el diseño de su cuarto, sus sábanas y la organización en general.

2. Después continúa con el ritual diario, el más común es elegir un horario, el niño se baña, cena y le cuentas un cuento en su cuarto, le das un masaje, lo arrullas y/o le cantas una canción antes de dormir. Para ello cuentas con elementos de ayuda, puedes aliarte de aromaterapia y utilizar el aceite esencial de lavanda en su tina de baño o en aspersor, musicalizar el momento con melodías para dormir y disminuir estímulos como la tele, radio, luces y juegos que impliquen movimientos acelerados o bruscos.

Cuando decidas comenzar ya no hay vuelta atrás así que no lo intentes si en la familia hay cambios de trabajo, de casa, fallecimientos o separaciones, espera a que pase la tormenta e inicia cuando tú estés más estable y puedas ser constante. Toma en cuenta que cada vez que retrocedes más difícil será crear el ha´bito.

Haz la mayor parte del ritual en su cuarto no en el tuyo ni en la sala, ya que ayuda a que el pequeño relacione el espacio físico con la sensación de estar relajado y preparado para dormir. Abrázalo tanto como quieras y cuando sientas que está listo déjalo en su cama, si despierta en la noche, si llora o va a tu cuarto, se vale levantarse para regresarlo a su cama, pero primero espera con los ojos cerrados muchas veces los niños se regresan a su cuarto y se las arreglan solos, dale chance. El mensaje que conviene que le des es: "la noche se hizo para descansar, yo necesito dormir y tú también, además puedes hacerlo sólo necesitas aprenderlo, yo te apoyo siempre". Así que no prendas las luces, no hables con él y por supuesto tampoco juegues con él, si está angustiado haz lo que creas conveniente pero no por mucho tiempo, confía en él y siéntete segura.

Si aún así no lo logras, si ya aplicaste el método Stivill o el colecho y no te ha resultado, acude de inmediato con un psicólogo infantil, este proceso es muy sencillo de lograr con la orientación y los pasos adecuados y además es necesario para su desarrollo fisiológico y psicológico que aprenda a dormir bien y en su cuarto.

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