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Así como la muerte forma parte de la vida, así también la incertidumbre se acompaña de la certeza. Vivimos en un mundo dual en el que debes aprender a vivir con los opuestos, pero no conviene apartarlos porque cuando lo haces no estás contemplando el panorama completo y así jamás te sentirás resuelto y en paz.
Siempre para toda situación existe su contraparte y aceptarlo es de sabios; así que si te encuentras en una situación desventajosa ten por seguro que la bendición la acompaña también y sólo tienes que estar dispuesto a verla para que sea evidente para ti. Hacerlo te ayudará porque entonces así podrás sentirte libre de elegir qué lado ver, recuerda que donde está tu atención está tu realidad por una simple razón: tus pensamientos crean tu realidad porque un pensamiento genera una emoción, de la emoción emanan las acciones, las acciones crean los hábitos y tu vida es el resultado del conjunto de ellos. Así que vale la pena que lo contemples sobre todo si estás pasando por una situación contrastante en el polo que no deseas.
La incertidumbre es la ausencia de certeza al respecto de algo, es como andar a ciegas, sin embargo, en un mundo tan cambiante la certeza no se puede cimentar en él porque al igual que una construcción, se desvanecerá ante un movimiento. Lo que sí puedes hacer es construirla sobre aquello que a pesar de lo que suceda siempre será constante, y eso es en ti mismo. Por eso es tan indispensable que emprendas el viaje del autoconocimiento porque sólo puedes confiar y amar lo que conoces porque al conocerlo lo comprendes y así puedes tener certeza.
Tú eres el mejor terreno donde puedes basar tu certeza, porque al margen de lo que suceda siempre contarás contigo para salir adelante, contarás con tu fortaleza, tu confianza, así como con el amor y el cuidado que te das a ti mismo. El mundo y sus circunstancias pueden y de hecho cambian a diario, incluso tu cuerpo se regenera periódicamente pero tú en esencia nunca dejarás de proveerte de las condiciones óptimas para tu bienestar. Tu hogar siempre es tu mente y tu corazón, el lugar a donde puedes regresar siempre que lo necesites para encontrar la paz y el impulso para comenzar de nuevo, para continuar avanzando y para encontrar la certeza en medio de la incertidumbre.
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