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Capítulo 9. La aceptación de la Expiación

Sección VIII. La grandeza en contraposición a la grandiosidad

La grandiosidad es lo que el ego te ofrece a cambio de la grandeza de Dios; como todo en el ego es dual la contraparte o letras chiquitas es la pequeñez, lo cual implica conflicto y ataque, debido a que el ego siempre se siente desesperado y vulnerable porque sabe que sus días están contados se defiende frente a lo que sabe que puede deshacerlo que es Dios, recuerda que el ego también se siente culpable porque cree que ha traicionado a Dios al elegir diferente a Él por lo tanto también se siente perseguido y amenazado y su defensa por lo tanto es la grandiosidad. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Por otro lado, Dios te ha creado desde siempre igual, como Su Hijo e igual que Él por lo tanto la grandeza está disponible para ti incondicionalmente, sólo que no puedes ser consciente de ella debido a tus creencias en lo dual: pequeñez y grandiosidad.

La grandeza es tu abundancia ¿Qué quieres?  Mientras sea amoroso, en tu grandeza lo tienes todo y de manera ilimitada; cuando la aceptes serás plenamente consciente de la ilusión que el ego te ha querido hacer creer que es real, él te hace creer que estás en riesgo constante por cualquier cosa y fabrica ídolos a quienes le das tu poder par que te protejan y te fortalezcan y de esa manera se siente a salvo, esa es tu grandiosidad.  Frente a tu grandeza, la grandiosidad no tiene sentido porque tu grandeza reconoce como verdad únicamente lo que no puede hacerte daño, es decir, lo amoroso, lo divino y por lo tanto no tiene necesidad de defenderse y tampoco de atacar.

Tú vives en la Mente de Dios y recordarlo te da paz, cuando lo olvidas te sientes desprotegido y atacas.  Creer en la grandiosidad es arrogante porque estás afirmando que hay algo más además de lo que Dios creó.  Concebirte en la grandeza por otro lado, es humilde porque reconoces la Voluntad de Dios como única y real, Dios está aguardando a que te des cuenta de esto y tu lugar en Él es irreemplazable debido a que Dios te conoce y reconoce tu valía porque te creó como es Él mismo, por eso estás a salvo en Él.  

Si le preguntas, Él te responderá y Su respuesta será exaltada pues ese es tu lugar con Él.  Encuentra ese momento de calma, olvida todo y escúchalo.

Por Caanly Hernández Galán

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