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Una decisión a tu favor

Cuando tienes un problema con alguien, es complicado que lo veas tal y como Dios lo ama, pones de por medio tus necesidades, requerimientos y juicios antes que solicitar la guía de tu sabiduría interior para ver todo de una mejor manera; no se trata de que te quemes el cerebro pensando ¿Cuál sería esa mejor manera?, sino que dejes a un lado todo lo que circula por tus pensamientos para que puedas saber con claridad esa mejor manera de tomar las cosas.  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Haz lo que tengas que hacer, pero desde la certeza de tu sabiduría divina conserva tu paz; no hay algo tan difícil que no se pueda resolver, ni si quiera la muerte tiene ni el poder ni la autoridad para separar o cambiar aquello que Dios ha creado.

Ninguna relación es al azar, estás inmerso en un plan perfecto ideado para que puedas perdonar y así liberarte de las cadenas de tus percepciones, y dejes de creer que hay algo externo a ti que puede hacerte amar o temer.  Es un error pensar que alguien te hizo daño o alguien te hace feliz porque no hay nadie externo a ti, eres tú quien se lo hace a sí mismo a través de los otros. 

 

Desahogarte funciona, pero funciona más hacerte preguntas reflexivas para que seas más consciente y puedas profundizar más en el conocimiento de ti mismo, finalmente lo que conocerás será a Dios y a todos los demás como a ti mismo y uno solo; ese es el tesoro de Dios al que podrás conocer por medio del perdón que no es más que un cambio de mentalidad al respecto de ti mismo y de los demás, te coloca justo en el lugar en el que Dios te colocó desde siempre y te liberas de todo lo que tú te pusiste a través de una mente dual en eterno conflicto, es como si te quedarás completamente desnudo de ideas, creencias, juicios ajenos a lo que Dios conoce de ti y por lo tanto ilusiones.

La decisión está en tus manos: Seguir creyéndote vulnerable al tiempo o a las decisiones de cualquier otro o vaciarte de todo ello para ser tal como Dios te creó. El poder de la mente de Dios que es la tuya siempre apoyará tus decisiones aunque estas no estén de acuerdo con Su Voluntad, porque finalmente no hay peligro alguno para ti, lo que Dios no reconoce no es real y no puede cambiar Su creación, es decir, afectarte en modo alguno.

Por Caanly Hernández Galán

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