Tu realidad más profunda
Tu realidad es mucho más profunda de lo que tus sentidos te hacen creer y muestra de ello es el hecho de que lo que percibes no te ofrece las respuestas a tantas preguntas que te haces de ti mismo.
En algún momento de nuestra vida todos hemos sentido esa rendición en la que decidimos no mover más nada y tan sólo dejar ser y fluir a la vida y de pronto encuentras la respuesta o solución a eso que tanto te atormentaba; o bien justo cuando dejas de pensar y actuar de manera razonada mediante evidencias y lógica es que la solución y claridad al fin aparece.
Hay cosas que vivimos que no se pueden explicar con razonamientos, lógica o evidencia física, tan sólo es y ya, o sea sólo lo sabes. Se trata pues de una realidad más profunda que puedes conocer con claridad. No hay misterio alguno en ello porque en el Espíritu nada se oculta, es sólo que aún no sueltas temores y dudas, la razón por la cual aún la sabiduría de tu Espíritu no es evidente para ti.
Quieres cosas del mundo y en él, eso es normal, lo deseas porque crees que así vas a sentirte pleno, feliz, libre, valioso o lo que sea que anheles, muchas veces has creído que al tenerlo tú, el otro no lo tendrá como si estuvieras en una competencia o en un juego de azar. Si reflexionas un poco más sobre esta idea, te darás cuenta de que descansa en la creencia en la dualidad que siempre es desigual: mientras de un lado sale el sol del otro lado hay oscuridad. Pero tú no eres de este mundo y nadie más lo es, en esto consiste tu realidad y la compartes con todos porque todos somos uno y el mismo. Esto no es algo que será en un futuro si le echas ganas, esto ya es un hecho tan sólo debes darte cuenta. dejar de luchar, competir y salirte del juego de ganar o perder, porque en tu realidad no hay manera de perder; siempre ganas porque sólo eres tú y yo como uno solo. Es decir si tú ganas también pierdes porque la pérdida la ves fuera de ti y por lo tanto en tu mente lo dual es real.
Deshazte de toda idea dual que reconozcas en tu mente, suéltala y déjala ir y desea con todo tu ser ser consciente únicamente de tu realidad más profunda, la realidad del Espíritu despojado de todo temor y por lo tanto libre.
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