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Capítulo 30 El nuevo comienzo

 

Sección I. Reglas para

                  tomar decisiones

 

Teniendo clara la meta, las metodologías para lograrla es el siguiente paso que necesitas saber ¿Cuál es tu meta? Supongamos que sea dejar de emitir juicios y comenzar a perdonar para así poder experimentar los milagros que aunque te rodean no puedes ser consciente de ellos, no porque sea difícil sino porque has estado equivocado, ya que en lugar de perdonar, juzgas. Lo más importante es que tengas una total disposición para ello.

Dicha metodología por medio de la práctica la harás un hábito, sólo necesitas saber algunas reglas para tomar decisiones:

  • Toma una “perspectiva correcta al despertar, piensa en la clase de día que quieras tener, los sentimientos que quieras abrigar y la clase de cosas que quieras que te sucedan”, te sugiero que lo anotes una noche antes, para que sea lo primero que venga a tu mente al despertar.  Posteriormente di: “Hoy no tomaré ninguna decisión por mi cuenta.”  Sea la clase de cosas que te sucedan durante el día, recuerda que juzgarlas, es decir, pensar “Qué mal” o “Qué bien” es ya tomar una decisión.Los juicios proceden de reglas que consideras que son las indicadas para que puedas ser feliz.Hacerlo en ti ya es automático, debes estar alerta a ello nada más, no caigas en la trampa de juzgarte tampoco, sólo observa.

 

  • Sin importar cómo transcurra tu día pero a modo preventivo, recuerda a menudo el día que te propusiste tener, los sentimientos y los sucesos que deseas te ocurran y di para tus adentros y en calma: “Si no tomo ninguna decisión por mi cuenta, ésa es la clase de día que se me concederá.

 

  • Si sucediera algo diferente a lo que te planteaste al inicio del día, es porque ya has tomado una decisión por tu cuenta, ya has juzgado y ya has hecho una pregunta, en lugar de pedir que se te de una respuesta. En ese caso di: “No tengo ninguna pregunta.  Me olvidé de lo que tenía que decidir.” Esto te regresa al estado de total disposición con el que iniciaste tu día y te permite reconocer la respuesta y la pregunta que debiste plantear en conjunto con Dios, en lugar de hacerlo por tu cuenta.

 

  • Si a pesar de ello, sigues reacio, entonces di: “Por lo menos puedo decidir que no me gusta cómo me estoy sintiendo ahora.” Esto te prepara para: “Por lo tanto, espero haber estado equivocado.” Abrirte a ello te recuerda que no se te está obligando a nada, sino que en realidad tú pediste ser ayudado, por lo tanto ablanda al ego y te ayuda a continuar. Y lo que es mucho mejor te ayuda a darte cuenta que es preferible para tu avance que estés equivocado y que las cosas no sean como crees. Así, podrás decir con mayor convencimiento: “Quiero ver esto de otra manera.”

 

  • Ahora estás listo para ser consciente de que quieres ver de otra manera y que eso es precisamente lo que estás pidiendo, por lo tanto puedes decir: “Tal vez hay otra manera de ver esto ¿Qué puedo perder con preguntar?

 

Todo es cuestión de práctica, hazlo felizmente y eso te ahorrará tiempo y esfuerzo.  Analizando con cuidado, te darás cuenta que jamás tomas una decisión por tu cuenta ya que lo haces a través de los ídolos que inventaste o con Dios.  Y recuerda que sólo se necesitan dos para que Dios a través de los sueños de perdón pueda ser visible a la experiencia de todos.

 

Por Caanly Hernández Galán

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