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Reflexión de un padre

 

Recuerdo una vez que estaba corriendo al salir de la casa para ir a algún lado con mucha prisa. Sabía que si me detenía a despedirme de mi hijo de 3 años, Joshua, me atraparía con sus preguntas y necesidades. Me tomaría tiempo y yo estaba enseñando eficiencia. Así que dije a los demás niños, “Adiós, chicos, me voy corriendo. No le digan a Joshua que ya me voy."

Estaba a medio camino hacia el auto cuando me di cuenta de lo que había hecho. Di media vuelta, regresé a la casa y le dije a los niños: “Hice muy mal en no despedirme de Joshua también. Voy a buscarlo para decirle adiós, Seguro tuve que quedarme un rato con él. tuve que hablar con él sobre lo que quería hablar antes de irme.


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

A veces pienso: ¿Qué hubiera sucedido si no hubiera regresado? ¿Qué tal si hubiera llegado con Joshua esa noche y tratar de tener una buena relación con él? ¿Hubiera estado cariñoso y abierto conmigo después de que me le escapé en la mañana sin despedirme, siendo que él me necesitaba? ¿Cómo hubiera afectado esto mi relación con mis otros hijos e hijas? ¿Habrían pensado que les haría lo mismo a ellos también?

El mensaje enviado a uno se envía realmente a todos y ellos saben que si usted trata a uno de una manera, sólo se necesitan circunstancias diferentes para que los trate igual a ellos.

Stephen Covey “Los 7 hábitos de las familias altamente efectivas”

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