¿Qué tipo de padre quieres ser?
La convivencia tan prolongada y el encierro no les ha caído bien a muchos lo cual ha ocasionado que se incrementen los problemas emocionales y las dificultades de relación entre los miembros de la familia. Por eso es buen momento para preguntarte qué tipo de padre quieres ser: uno autoritario e inflexible o uno comprensivo y empático.
A grandes males, grandes remedios y en este caso consiste en realmente hacer un sincero y abierto examen de conciencia y autoobservación en el que tomes grandes decisiones a partir del reconocimiento de qué tipo de paternidad estás ejerciendo y qué tipo de paternidad quieres ser; entre lo que estás haciendo y lo que quieres hacer siempre existirá una brecha, a veces es más profunda y otras veces no lo será tanto, la diferencia muchas veces radica en la disposición que tengas para pasar de un lado a otro.
Para ello en esta ocasión te propongo algo que de hacerlo concienzudamente, con toda tu disposición, sinceridad y entrega no te puede fallar, y esto es el buscar primero entender y después ser entendido, me refiero a hacerlo con tus hijos, pero funciona excelente con todo tipo de relación. Las personas tenemos tanta necesidad de ser entendidos y comprendidos que cuando alguien nos ofrece ese regalo, invariablemente mostramos mucha mayor disposición a cooperar con lo que al grupo o sistema les sea mas beneficioso, ya que disminuyen nuestras resistencias, se reduce el estrés y la tensión, así como la irritabilidad, aumenta la paciencia y facilita la escucha activa e incondicional hacia las necesidades del otro.
Esta herramienta no surge de manera natural en los seres humanos, hay que trabajar para fortalecerla como cualquier otra habilidad, como la empatía por ejemplo. Cuando entiendes las razones del otro y las escuchas abiertamente te das la oportunidad de conocerlo y es más difícil juzgar a alguien cuando lo conoces, el efecto inmediato es empatizar, ofrecer tu apoyo, tener más paciencia, lo cual favorece la armonía entre ambas partes y la mente clara para tener más creatividad al momento de tomar decisiones.
Así que aprovecha este momento de convivencia familiar forzosa para acercarte, escuchar más que hablar, comprender más que imponer y conocer más a tu familia.
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