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Es una realidad que los niños y jóvenes actuales son nativos digitales y sus padres, es decir, nosotros vivimos una realidad y una infancia totalmente diferente a la de ellos, a la par los padres tenemos derechos y obligaciones en relación con los hijos y una de ellas es estar informados acerca de cómo criarlos bajo circunstancias muy distintas a las de antes. De hecho es frecuente que los niños ya tengan una red social incluso antes de nacer.
Sabemos que el cerebro presta especial atención a la luz, al sonido y movimiento, así vamos captando la información del ambiente a través de los sentidos y estimulamos el aprendizaje, los desarrolladores de aparatos electrónicos y apps lo saben y lo utilizan para hacer más llamativo su contenido y funcionamiento.
Dicho funcionamiento está lleno de dos elementos fundamentales que son la hiperestimulación y la gratificación inmediata; la primera aumenta la ansiedad y disminuye la creatividad y el asombro, elementos fundamentales para el aprendizaje. La gratificación inmediata disminuye la tolerancia a la frustración. El éxito en la vida depende en gran parte de la habilidad que tengamos de colocar nuestra atención a voluntad y de posponer la gratificación y perseverar.
Si volteas a tu alrededor verás que el celular lo utilizamos cuando estamos estresados o aburridos o bien para salirnos de nuestra realidad cuando no estamos cómodos, genera una virtual sensación de seguridad y confianza, nos libera de afrontar el momento con todo lo bueno y lo malo que hay en él y nos conduce a la evasión; está por demás asegurar que nada de esto te ayuda en la vida, de hecho, estamos expuestos emocionalmente si no contamos con aquellos recursos al margen de la posesión de un celular, cuando estamos en una junta de trabajo demandante o en medio de un problema con nuestra pareja no podemos sacar el celular para que nos salve, de hecho el efecto es peor.
Los síntomas de alarma que debes notar en ti y en tus hijos son los siguientes: Depresión, ansiedad, obsesión, aislamiento, dificultad en el control de impulsos, rabia e intolerancia sobre todo en aquellos momentos en los que el prohíbes el uso de algún aparato electrónico.
Las redes sociales están hechas para generar adicción, su uso excesivo afecta el desempeño académico, la salud mental, las relaciones sociales y la gestión adecuada de las emociones; fomenta la fantasía y la gratificación inmediata.
Es normal que el ser humano busque ser amado, aceptado y validado, así como sentirse que pertenece a alguien o a algo, es esa necesidad natural de conexión que debemos buscar siempre dentro de nosotros mismos; en la etapa de la adolescencia estas necesidades son apremiantes y cada “like” te da una sensación fantasiosa de satisfacer todas ellas, ya no sólo si asistes a una fiesta y perteneces al grupito popular de la escuela, te sientes identificado y perteneciente, además de valioso si tienes la red social repleta de amigos y de “likes” porque eso significa ser aceptado y por lo tanto existente, incluso recibir una notificación genera chispazos de dopamina en el cerebro, por eso te motiva verlas.
¿Qué debemos hacer los padres?
No prohíbas simplemente el uso de los aparatos electrónicos, educa y supervisa:
1. Establece horarios, tiempos y formas. Como regla general no permitas el uso durante los momentos de convivencia familiar, ya sea durante los alimentos, en el traslado a algún lugar, viendo una película o jugando.
2. Que no duerma con el celular o con algún aparato electrónico, incluyendo video juegos y televisión. Restringe su uso después de cierto horario, de preferencia una hora antes de dormir.
3. Los niños y adolescentes deben tener un tiempo para la convivencia social entre amigos y otro para la familiar. Es responsabilidad de los padres fomentar buenos y sanos hábitos como el ejercicio, el sueño, la lectura y el juego mismo; aumenta la motivación cuando los chicos saben que pueden compartirlo con sus padres y que ellos les prestarán su total atención. Con una dinámica así, el uso de aparatos se reduce natural y considerablemente, lo más conveniente es que se restringa de lunes a jueves o bien su uso sea medido y no mayor a una hora al día.
4. Antes de los 7 años no es conveniente que los niños utilicen los aparatos electrónicos, ya que no favorece el desarrollo en el ámbito psicomotor, social, emocional y mental.
5. El uso de redes sociales, es conveniente hasta los 13 años y debe estar condicionada a la supervisión total de los adultos hasta los 18 años. Es conveniente que se les permita iniciar con una red social como entrenamiento y después de un tiempo no menor a 6 meses contemplar la posibilidad de abrir una segunda red.
6. Hay que enseñarles modales, a utilizar adecuadamente la privacidad, desactivar la geolocalización y revisar su lista de amigos y los buscadores.
7. Sé un buen ejemplo y buena referencia, no hagas uso del celular mientas estés con tus hijos, ya que eso genera una sensación de abandono y soledad. Todos tenemos una necesidad básica de ser amados, aceptados y conectarnos con otro ser humano y qué mejor que se sienta así contigo. Además, las reglas, hábitos y deberes no sólo son para los hijos, sino que los padres somos quienes somos responsables de poner la pauta y el ejemplo, sin ello todo nuestro discurso es vacío.
8. Cuidra la información que se sube y las imágenes de ti mismo que compartes, como regla general no subas nada que no les puedas enseñar a tus padres o en su defecto a tus hijos.
9. La sensación de fantasía en la que estamos inmersos en un mundo virtual te hace creer que es un mundo distinto al mundo real, pero no es así, el mundo virtual debe gestionarse como lo hacemos en el real, por lo tanto no hagas nada en lo virtual que por ética y valores no debas hacer en lo real.
10. Quita las notificaciones, ponlo en modo avión y/o bien silencia tu teléfono mientras estás con personas y mucho más si estás con tus hijos para que puedas pedirles lo mismo y ellos accedan con más facilidad.
11. Disminuye el uso de las redes sociales, sobre todo de las que más usas; utiliza las apps destinadas para ello.
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