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Foto del escritorCaanly Hernández Galán

Intuición y emociones, la mezcla perfecta


Muchas veces he visto la cara de asombro de las personas, sobre todo de aquellas dotadas de una peculiar sensibilidad, cuando les digo con total seguridad que las emociones son una excelente guía para tomar decisiones. Las personas sensibles, son con frecuencia empáticas, exageradas y hasta inestables emocionalmente es por ello que se les educa a dudar de sí mismas sobre todo en un mundo en la que la razón está sobrevalorada.

Sin embargo, este tipo de personas reaccionan así debido a que son como antenas que reciben información de otras personas y del ambiente que se genera a su alrededor. Aquellas que han sobrevivido saben de qué hablo cuando les digo que pueden confiar en sus emociones.

Las emociones son el resultado del pensamiento, cuando tienes un pensamiento de duda el resultado es que te sientes emocionalmente insegura o desconfiada; cuando sientes miedo, previamente hubo un pensamiento igualmente de temor, de sospecha, carencia o abandono. En este sentido son una gran guía para darte cuenta que debes hacerlos a un lado y así limpiar tu pensamiento el cual es la causa de tus conflictos internos e interpersonales.

Después de un tiempo observando esta relación pensamiento-emoción, te darás cuenta que puedes permanecer más fácilmente en calma, que puedes detener el impulso y pensar con más claridad. Pero tus emociones seguírán siendo intensas, profundas y sobre útiles porque así te será más fácil reconocer cuando debes aceptar o rechazar una propuesta de cualquier tipo. Es fácil; ¿Sientes entusiasmo, ganas y alegría? Es la decisión correcta. ¿No te alegra ni entusiasma? ¡¡Aléjate!!

Los niños nacen con esta guía intacta y así crecen hasta que los adultos los obligamos a hacer cosas en tiempo y forma en las cuales no están de acuerdo: "Saluda a tu abuelita", "Obedece al profesor", "Siempre vente por el mismo camino", "No te vistas así". Es común también que suceda que papá o mamá se sienten tristes, preocupados o enojados y el niño con su guía intacta y sabiendo que algo no está bien les pregunte por esa emoción, entonces mamá o papá les asegura que no pasa nada y entonces el niño comienza a dudar de sí mismo y de su propia guía y así crece, aprende a desconfiar de sí mismo y a confiar más en lo que otros le digan. Los adultos ya estamos amaestrados, educados bajo reglas sociales y morales y muchas de ellas son peligrosas, como las basadas en las apariencias, las jerarquías, protocolos, etc. las seguimos sin dudar aunque nos hagan daño y a pesar de que nuestra guía emocional nos indica lo contrario.

Los pasos para revertir lo anterior son sencillos pero como todo requiere de tu disposición, práctica y ganas de aprenderlo:

1. Siente tus emociones, nos las juzgues ni te sientas mal por sentir lo que sea que estés sintiendo. Siente, siente y siente, date tu tiempo, respira y deja que fluyan.

2. Detente, no reacciones y observa lo que estás pensando.

3. Sana esos pensamientos y cambia de creencias. Hay mil de estrategias y ejercicios, además la psicoterapia te ayuda en este proceso.

4. Sigue esta guía: ¿Sientes paz? ¿Entusiasmo? ¿Alegría? ¡¡Sigue!! ¿Sientes desánimo? ¿Desinterés? ¿Inquietud? ¡¡Suelta!! Sal de ahí de inmediato, de una relación, de un espacio, de donde sea necesario.

Tienes una sabiduría increíble ¡¡Qué esperas para descubrirla!!

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