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Foto del escritorCaanly Hernández Galán

Después del divorcio


Como todo cambio requiere tiempo para que todo tome su curso natural, comprender lo que pasó, afrontar la soledad y hacer nuevos planes. Toma un tiempo de duelo que va desde los 6 meses cuando está bien llevado o hasta dos años.

No importa si la decisión fue tuya o de la otra persona o fue de común acuerdo, una separación es siempre dolorosa, aceptar que lo que fue ya no será, es el primer paso para que logres superarlo. Por más civilizado que seas o aunque haya terminado la relación bajo los mejores términos, es necesario un tiempo de duelo para ambos, darse un respiro es requisito indispensable para que puedan pensar las cosas, reflexionar sobre lo sucedido y aprender de los errores para no cometerlos de nuevo.

Durante ese tiempo generalmente alguno de los dos deberá mudarse, de hecho es mucho mejor que ambos lo hagan, renovar espacios en común como la recámara, los artículos de baño o la sala de la TV. Además te enfrentas a una reestructura en tu economía, cambiar de lugares que frecuentaban, actividades que hacían juntos, incluso conviene alejarse durante un tiempo del círculo de amistades en común si es que las había, en resumen toda tu rutina deberás renovarla.

Es normal que deseen hablar sobre lo sucedido y hay que hacerlo si es necesario pero comprende que tu ex pareja no tendrá las respuestas a tus preguntas y tampoco calmará tu tristeza, de hecho el resultado de conversar con tu ex es justo lo contrario: te sentirás mucho peor, más triste, con más enojo y rabia, más dudas y más de todo aquello que fue lo que causó la separación. Así que evita por todos los medios esos espacios de conversación con tu ex hasta que el duelo ya esté consumado, y cuando llegue ese momento quizás lo que menos desearás es volver a estar en contacto. No quiere decir que no puedan ser amigos después, por supuesto que es probable si ambos lo desean, pero puedes engañarte pensando que es amistad cuando en realidad aún tienes esperanzas de que la relación se reanude.

Cuando hay hijos es mucha la tentación de conversar más allá del tema de ellos; hay personas que insisten en mantener contacto con la ex pareja a cualquier precio y utilizan a los niños como pretexto; esto es demasiado incómodo para ambas partes. Lo ideal es conversar únicamente para ponerse de acuerdo en el tema de los hijos y en los términos del divorcio, en este último los abogados son quienes se encargan de los pormenores así que dejémosles hacer su trabajo. Mientras más simple sea la negociación al respecto de los hijos es mucho mejor; finalmente lo que ambos desean es que ellos salgan lo menos perjudicados con el divorcio, no perder de vista este deseo es lo que los mantendrá enfocados para reducir lo daños.

Finalmente ningún encuentro es casual, el suyo ya cumplió su propósito y conviene que lo sepas, toma en cuenta que los aprendizajes siempre son positivos, si estás pensando que aprendiste cosas como: "A no confiar", "Que no sirvo para tener pareja", "Que las personas nunca cambian", puedes estar seguro que eso no es un aprendizaje, en cambio un verdadero aprendizaje sucede cuando reconoces cosas como: "Que puedo ser más tolerante", "Aprendí a esperar y a no tomar decisiones precipitadas", "A valorarme y a apreciar los esfuerzos de mi compañero". En los momentos de calma pregúntate: ¿En qué aspectos soy mejor persona? ¿De qué manera mi vida mejoró desde que lo conocí? ¿Qué haré diferente con respecto a mi comportamiento y mi manera de ser y pensar si se me presentase la misma situación?

Las relaciones humanas son necesarias y valiosas porque representan una gran oportunidad para tu crecimiento personal, a través de ellas puedes darte cuenta de quíén eres, verte a ti mismo, reconocer tus áreas de oportunidad e ir más allá de tu zona de confort. ¡¡Mucho éxito en tu descubirmiento!!

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