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Por qué hay que decir sí a la meditación
El estrés se puede definir como la manera en la que respondemos de acuerdo a lo que pensamos con respecto a una situación que creemos urgente o tensa, nos crea bloqueos mentales y emocionales tan fuertes que perdemos la conciencia del presente. El estrés también se aprende en casa, con las exigencias de los padres, maestros o de la sociedad misma, el afán de querer hacer las cosas a la perfección, demandas externas que con el tiempo se van internalizando hasta hacerlos parte de nosotros mismos, de nuestras creencias y necesidades.
La mente no comete errores cuando se encuentra concentrada en el Ser, es por esto que conviene disciplinarnos para que su potencial esté a nuestro servicio y no al revés. La práctica de actividades como la meditación, el Yoga, la relajación y respiración consciente, al igual que la gimnasia cerebral te ayudarán a que adquieras el dominio de tus sentidos para que puedas recuperar el poder de tu voluntad, a estimular la atención y concentración y a manejar el estrés, entre otras muchas ventajas.
“La Meditación es un ejercicio de concentración que tiene que ver con la potenciación de aquello que el cerebro hace cuando aparentemente no hace nada”, señala Mariano Sigman reconocido neurólogo de la Universidad de Nueva York, quien afirma que se ha comprobado que la meditación ofrece beneficios concretos para la salud, se “correlaciona con procesos cognitivos, la atención, la conciencia y la memoria”.
Al diseñar algún tratamiento para mejorar la conducta hiperactiva es primordial recordar que el objetivo es capacitarte para que alcances el autoconocimiento y el dominio de ti mismo.
Deshacernos de bloqueos y creencias requiere de paciencia y dedicación. Es bien sabido que cuando estás libre de bloqueos emocionales (exigencia, afán de perfección, preocupación) te sientes más tranquilo y por lo tanto tus ideas fluyen con facilidad, aumenta tu creatividad y tu capacidad para resolver problemas.
Hoy en día, vivimos una cotidianidad acelerada que impide el descanso, la paciencia y la paz interna, por lo que las familias actuales nos estamos viendo en la necesidad de crear y programar tiempos y espacios para lograr la armonía. Mientras los padres sepamos cómo recuperar la tranquilidad, la calma y la paz interna, los niños aprenderán por imitación.
La enorme sensibilidad de los niños de ahora hace que el intenso quehacer diario lo resientan mucho más y se vean afectados por la presión y el estrés familiar y social. Evidentemente, desconocen cómo lidiar con ello y buscan un escape para lograrlo: videojuegos, televisión, falta de atención en las tareas, desconcentración, etc.
Si eres hiperactivo y te cuesta trabajo desacelerarte, la idea no es que gastes tu energía a través de una infinidad de actividades diarias, sino que aprendas a liberar tensión y relajar tu cuerpo y mente.
Los seres humanos podemos estar predispuestos a estar en calma incluso antes de nacer, por medio de la madre y sus hábitos meditativos diarios, se ha demostrado que las madres que practican cotidianamente yoga o meditación conciben hijos más tranquilos y serenos. Los niños más grandes a partir de los 5 años, pueden asistir a lugares especializados para ser entrenados en estas prácticas y lograr así múltiples beneficios físicos, emocionales, mentales y sociales.
Así que practicar cotidianamente la relajación y meditación, propiciar espacios armoniosos y tranquilos, así como aprender yoga, tai chi, meditación, es lo que recomiendan actualmente al unísono expertos científicos y terapeutas alternativos.
Como dice Richard Davidson, profesor de psicología y psiquiatría de la Universidad de Wisconsin "Por una parte, la meditación es ridículamente sencilla, pero por otra resulta extraordinariamente difícil". Continúa Davidson "Si usted lo intenta por dos minutos, verá que no es tan fácil. La mente es propensa a distraerse".
¡Pero vale la pena el esfuerzo!
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