Capítulo 9. La aceptación de la Expiación
Sección IV. El plan de perdón del
Espíritu Santo
Todos somos un solo Hijo y esta es la razón por la que la Expiación es un proceso incluyente como lo es el Plan de Dios, la Expiación te ayuda a comprender que nada puede ser sólo para ti o para mí porque tenemos una identidad compartida.
Para Perdonar sólo debes pasar por alto todo lo que percibas y prestar atención únicamente a lo que eres, más allá de lo que percibas. La percepción es una función del cuerpo, a través de los sentidos ves, oyes, sientes; a su vez el cuerpo es el instrumento del ego y el ego es la parte de la mente que piensa y “crea” sin amor, por lo tanto está carente de lo único que es Real porque recuerda que sólo el Amor es Real, así es como concluimos que el ego crea ilusiones no realidades. Dichas ilusiones son las que tienes la opción de pasar por alto o bien continuar creyendo en la fantasía de lo que tus sentidos perciben.
Cuando pasas por alto tus percepciones, perdonas y al perdonar sanas; este es el único papel que debes desempeñar pero necesitas una guía porque por ahora la percepción que tienes de ti mismo es muy limitada no sólo para crear tu plan para sanar sino para seguirlo también.
El ego te pide que creas en lo que tu cuerpo percibe, lo interpretes tú solo y después que lidies con eso, que resuelvas lo irresoluble, te hace creer en las cicatrices que quedan en tu alma. Por el contrario el Espíritu Santo te guía a que pases por alto todo aquello que es una fantasía y te ayuda a comprender que no estás solo en este proceso y a juzgar todo como una petición de amor o bien como una expresión amorosa, “Sólo el amor es real” ¿Recuerdas?
Tu identidad está velada para ti mientras te concibas a ti mismo como un cuerpo y no como un Espíritu amoroso y abundante; el pensar erróneamente acerca de ti provoca una reacción en cadena que consiste en que no sepas lo que estás percibiendo, por lo tanto no sabes lo que ocurre y es así como reaccionas indebidamente.
Al ser consciente de la Realidad es como puedes perdonar y perdonar es sanar.