Nueva luz al padre desesperado
¿Qué hiciste hoy para sanarte?
Como madre de dos Índigo, esposa de otro Índigo, y con una personalidad Índigo propia, me ha llevado tiempo seguir entendiendo todas las facetas del interactuar y desarrollarse en una sociedad que se siente confrontada con estas personalidades.
En mi carta al padre desesperado, me encontraba en una fase de comprensión de la personalidad Índigo desde el punto de vista espiritual.
Esa enorme capacidad psíquica. Esa hipersensibilidad emocional y un espíritu guerrero que nos convierte a los índigo en rebeldes, críticos, un poquito desadaptados, o raros dirían algunos y cuando no encontramos la puerta, un tanto tendientes a la agresividad, la depresión o el aislamiento.
Como terapeuta he explorado la meditación, la práctica del deporte y el yoga, la alimentación natural (libre de azucares refinadas , colorantes y demás aditivos que resultan tóxicos)
Como editorialista de esta pagina, pude reconocer que, la pregunta de todos los días es:
¿Será mi hijo Índigo?
¿Seré yo Índigo?
Hasta este momento les puedo decir que si están leyendo este artículo, seguro son Índigos y por tanto sus hijos también lo son. Es mas, como han leído en variados artículos de este portal Índigo ya es un termino limitado, hay una cantidad de angelitos azules, violeta y de todos los colores. El que haya llegado al mundo en estos tiempos , es definitivamente un ser especial. Entonces les pido a los lectores que pasen a la pregunta dos.
¿Y que hacer?
Esa seria la siguiente pregunta.
Respuesta
Sánense.
Un Índigo en desequilibrio es el que pertenece a una banda , el que decidió huir de su casa y vivir en una alcantarilla, porque el desamor lo rompe y prefiere la muerte.
El que consume drogas por escaparse de la realidad.
Un Índigo que no esta en balance, reta a los profesores y va mal en el colegio. Reta a los padres y se auto destruye, sumiéndose en la perdición o en la depresión.
Día a día vemos esas historias en los diarios, y en forma dramática a través d el payasito que busca unas monedas en un semáforo. O en la narración de algún padre que tiene a su hijo medicado , y que en el fondo de su corazón siente que el niño necesita algo mas, que una píldora y clases particulares. Con la frustración de que hagas lo que hagas, sientes que tu hijo no esta feliz.
Estos tiempos mas que nunca nos requieren tolerancia y compasión hacia esas historias, y toneladas de amor y sabiduría para el Índigo que nos fue encomendado. Y les llamo Índigos porque ese término ahora nos trae una inferencia, pero los niños de hoy son mucho mas que eso. Son sabios, que necesitan ser reconocidos.
Los grandes genios de la humanidad siempre fueron desadaptados , algunos que fueron reconocidos hasta después de la muerte , en muchos casos cayeron en la locura.
¿Recuerdan a Van Gogh que se corto una oreja? Durante su vida, el único que compró sus cuadros fue su hermano, hasta ser reconocido mucho tiempo después de su muerte.
En la actualidad nuestro mundo ahora esta inundado de esas grandes figuras , que en su inmensa mayoría no son reconocidos.
¿Y que debo hacer?.
Vuelvo a repetir, sánate...
Cómo me sano, preguntaras. He encontrado en esta búsqueda de 18 años, una serie de elementos que nos darán esas vías de sanación.
La meditación, la práctica de un deporte, la alimentación saludable, El conectarse con la naturaleza y desconectarse del trance de los medios masivos. No creernos todo lo que nos dicen, Agudizar nuestra intuición y comenzar a reconocer que hay una realidad atrás de la aparente realidad.
El convertirnos en mejores padres escuchando a nuestros hijos y en mejores personas escuchando a la Tierra. Escuchando el amanecer, y observando el atardecer. Consciente de los ciclos de la luna, con la misma devoción que los ciclos de nuestra hora de trabajo, o la hora de entrada y salida de la escuela.
Los mayas cuando se saludan no dicen, ¿Cómo estas?, dicen. ¿Cómo esta tu corazón? Puedes preguntarle día a día a tus seres queridos, ¿Cómo esta tu corazón? Y si puedes escucharle, te acercaras a tu sanación.
¿A ti los lector a quien agradezco profundamente tus comunicados y tu confianza al compartirme tus sentimientos e inquietudes, hoy te pregunto: ¿Qué has hecho hoy para sanarte?
Yo te voy a compartir lo que hice hoy, sentí el sol en mi cara, y escuche el canto del agua, charle un momento con mis compañeros de trabajo y tuvimos el tiempo de echar una buena carcajada.
Me observe y reconocí algún error y también un acierto. Y lo mas importante sentí una intensa alegría por estar viva.
Te agradeceré ahora ti querido lector que me compartas.
¿Que hiciste hoy para sanarte?
En amor
Gabriela Luna