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Capítulo 11. Dios o el ego

Introducción y I. Los regalos de la paternidad

Eres libre de elegir lo que quieres ahora, pero no eres libre de elegir lo que es real y lo que no, de aquello que estás eligiendo.  Tú eres Hijo de Dios no del ego; el ego por su parte es tu creación pero como es dual, no es real.  Todo pensamiento y decisión que tomas da cuenta de lo que eres al respecto de quien te creó.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El ego es producto de un problema con la autoridad en el que el Hijo, en la libertad que Dios le dio, deseó ser el padre de Dios y el resultado es el ego.  Aunque el ego y el amor son sistemas de pensamiento totales no parciales y son congruentes internamente, son mutuamente excluyentes uno del otro; uno representa lo dual, el dolor y la carencia y el otro representa la unidad, la plenitud y la abundancia; examínalos a detalle y date cuenta de la discordancia que resulta de pensar con el ego y la plenitud de pensar con el amor.

La transición de uno al otro representa tu necesidad de curación.  La voluntad de Dios es la tuya porque eres/somos uno y Su voluntad no es estar solo por lo tanto la tuya tampoco, lo que es Su voluntad es Real y no puede ser de otra manera, sino lo sientes así estás en un error.  

Lo que Dios creó no tiene límites y es omniabarcante, por lo tanto siempre y eternamente estás inmerso en Él, nada más es verdad.  Tú eres Hijo de Dios y eso significa que:

1.  Puedes dar sin límites porque nunca te quedarás sin nada y es lo único que puede hacerte feliz.

2. Tu voluntad es crear.

3. En tu Ser sabes, tienes certeza.

4. Aceptas todo sin límites pues no hay nada más que amor y no hay nada que temer.

5. Es vivir pues Dios es el Dador de la Vida.

6. Es ser feliz haciendo Su voluntad que es la tuya, así que no tengas miedo de saber cuál es Su voluntad.

7.  Es confianza absoluta en cada paso que das.

Por Caanly Hernández Galán

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