Capítulo 2. La separación
y la Expiación
Sección I. Los orígenes
de la separación.
Eres un ser perfecto, pleno, creativo y por lo tanto eres capaz de utilizar este poder para crear bajo las mismas características y de esa manera te extiendes al mismo tiempo que tus creaciones, cuando crees que no lo eres utilizas la misma facultad para crear pero no lo estás haciendo real porque lo haces desde la carencia la cual es una idea errónea. Cuando eso sucede le das validez a ideas tan disparatadas como las siguientes que transcribiré textuales:
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“Crees que tu mente puede cambiar lo que Dios creó.
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Crees que lo que es perfecto puede volverse imperfecto o deficiente.
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Crees que puedes distorsionar las creaciones de Dios, incluido tú.
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Crees que puedes ser tu propio creador y que estás a cargo de la dirección de tu propia creación.”
Todo esto ocurre después de la separación aunque ella misma no sea algo real en sí porque al ser un sueño no es posible, ya que Dios no lo creó y hay que recordar que sólo lo que Él creó es real: para ser más exactos sólo Dios y Su Hijo al mismo tiempo que las creaciones de Su Hijo con una mente amorosa son reales, todas ellas con el mismo grado de importancia y las mismas cualidades de Dios.
La no-separación, la Unidad con Dios es un estado mental que implica el sentirte necesitado de nada porque ya lo tienes, lo eres y lo puedes todo; puedes estar ahí con tan sólo desearlo y creer que es real para ti incondicionalmente, tienes la capacidad de crear amorosamente de manera ilimitada y también cuentas con el libre albedrío para hacerlo en el momento que así lo decidas.
Cuando tienes miedo no eres libre, pero eso es algo que puedes elegir hasta cierto punto. Conviene que tengas claro que el miedo es una condición mental que es posible sólo con una mente dormida por lo tanto es una ilusión, el miedo es una ilusión, elegir una concepción onírica da lugar a creaciones igualmente oníricas, por lo tanto ello no puede ser una opción; tan sólo puedes elegir lo que es real y así serás libre y estarás en paz porque reconocerás que tu búsqueda ya finalizó porque ya lo tienes todo.
No hay sueños ni mentiras que el milagro no pueda sanar, ya que una de sus finalidades es distinguir entre la verdad del amor y el error que es el miedo. Cuando experimentas el milagro tu mente sana y es posible que recuperes la paz la cual te permite ver todo con claridad y permanecer ecuánime frente a la falta de amor que perciban tus sentidos.