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Capítulo 6. Las lecciones del amor

Sección V. Las lecciones del Espíritu Santo

El Espíritu Santo es tu maestro porque sabe algo que tú has olvidado y que te has estado enseñando mal, la lección en la que te equivocaste consiste en creer que tu mente está dividida y que los sueños son reales.

Dios conoce la integridad de tu mente y no puede hablarte de otra cosa, pero el Espíritu Santo es quien puede enseñarte a interpretar lo que percibes paso a paso, al ser la Voz de Dios no conoce de dualidades pero sí te indica lo que debes hacer sin juzgarte, nunca te habla de lo mal que has hecho al elegir diferente a como Dios lo haría, ni tampoco te dice lo que no debes hacer; sino que sólo te dice dulcemente y con paciencia infinita “Haz esto”:

  1. Para poder tener, da todo a todos.

  2. Para tener paz, enseña paz para así aprender lo que es.

  3. Mantente alerta sólo en favor de Dios y de Su Reino.

 

 

  1. Como todo el curso, el nivel en el que se realiza todo la sanación es en la mente; el cuerpo es algo que crees que eres y utilizas para sentirte resuelto y en paz pero al ser un instrumento del ego no conseguirás nada porque el ego no tiene nada que ofrecer.  Sin ser consciente de esto, utilizas al ego para compartir, hacer alianzas y comunicarte pero nada de esto puedes hacer porque en algún momento, en tu experiencia, habrá ataque de por medio.  El nivel donde se puede tener al dar todo a todos es en la mente, como todo al principio es difícil, genera tensión y conflicto pero siempre tendrás apoyo y guía para seguir dando pasos.

  2. Está claro que aún no tienes paz si concibes que las represalias, el abandono, el ataque y el rechazo sean posibles en el mundo; para quien ya no quiere jugar el juego del ego la única posibilidad es cambiar de mentalidad pero para ello necesitas estar motivado; es decir para que pueda haber cambios fundamentales debes tener enormes deseos de cambiar de mentalidad.  El sistema de pensamiento del ego es confuso porque el ego está confundido, esa es la razón por la cual crees que tener y dar no sean lo mismo.  En el proceso de cambiar de mentalidad ocuparás el del ego y el de Dios de manera alternada y esto te provocará más tensión y conflicto porque el ego intentará convencerte de que eres tú quien decide cuál es verdadero, más el Espíritu Santo te dirá que lo verdadero ya lo dispuso Dios por ti.  Después sentirás que elegir a Dios es más deseable y aunque esto no es el paso final porque implica que creas que algo “más deseable” lo cual entraña la concepción de niveles, llegará el momento en el que será lo único que desearás y como el deseo intenso es intrínseco a la capacidad de crear, te reconocerás al fin como un creador impecable tal y como Dios te creó.

  3. El tercer paso es el reconocimiento de que estás dispuesto a aceptar una sola idea de quién eres aunque aún conserves la idea de su contraparte.  En este momento el Espíritu Santo es quien te ayuda a evaluar tus interpretaciones para que puedas mantenerte alerta, esto requiere de un esfuerzo de tu parte sólo hasta el momento en el que te des cuenta que esforzarte no es necesario, porque ser lo que eres no debe representarte ningún esfuerzo, más ser lo que no eres sí es muy desgastante.  

El primer y segundo paso agudizan el conflicto porque tienes que elegir, en el tercer paso en cambio ya estás dispuesto a mantenerte alerta porque de otra manera perderías tu paz. El tercer paso protege a tu mente de la duda y te enseña a no hacer excepciones.  Este paso sanará tu mente porque se requiere de ti el abandono de toda idea que alguna vez la enfermó.

Por Caanly Hernández Galán

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