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Capítulo 14. Las enseñanzas en favor de la verdad.
XI. La prueba de la verdad
Ya hemos hablado acerca de que la verdad es amorosa, es ausencia de miedo. La percepción que tienes del mundo cuando no es milagrosa, te impide ver la verdad, siempre que tienes miedo, estrés o experimentas carencia en algún sentido o nivel estás negando la verdad. Lo que experimentas con tus sentidos es engañoso, la reacción más procedente ante eso es el reconocimiento de que no sabes nada y por lo tanto ¿Cómo sabrás de qué manera reaccionar? El miedo siempre intentará llamar tu atención y distraerte de la verdad; cuando eso pase reconoce solamente que no sabes nada.
La ciencia y la espiritualidad coinciden en que lo que ves es el pasado, si lo validas y reaccionas ante eso, no vives en el presente sino en el pasado, de tal modo que lo perpetuas. Renuncia por completo a todo lo que has aprendido del pasado y así dejarás de repetirlo una y otra vez. Lleva ante la luz todo lo que has aprendido en el pasado, para que sea adecuadamente evaluado y desaparezca de tu experiencia.
La prueba de la verdad consiste en que al margen de todo lo que parezca estar sucediendo; tanto tú como los que te rodean están libres de miedo y llenos de paz, si eso es así entonces has aprendido la verdad.
Mientras tanto, cada vez que tengas miedo afirma lo siguiente: "No reconozco el significado de nada, incluido esto. No se, por lo tanto, cómo responder a ello. No me valdré de lo que he aprendido en el pasado para que me sirva de guía ahora." Esta es una tarea que no puedes hacer solo porque fuiste tú quien se metió en este lío. En verdad todo ya está resuelto y las soluciones ya están dadas, pero debes entregar el problema para que puedas gozar de la solución o corrección.
Reconoce que no tienes ningún problema y quédate en paz, así el Espíritu Santo podrá entregarte en tus manos abiertas la paz. Es simple, abandona al miedo y recibe a Dios.
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