Capítulo 11. Dios o el ego
II. La invitación a curar
En la curación va implícito el deseo de unir tu voluntad con la de Dios, por que mientras la enfermedad es separación, la curación es Unidad y la Unidad es lo que quieres. Cuando atacas es porque ves separación en lugar de la unidad que formamos.
Curar es una lección de entendimiento porque es así como te das cuenta que detrás de todo milagro está Dios y tu unión con Él. En la Unidad las cosas funcionan así: Cuando de un todo niegas una parte, la separas; lo cual hace que carezca de significado y por lo tanto no puedes entenderla. Sólo basta tu pequeña dosis de buena voluntad para sanarte porque a ella, el Espíritu Santo le agregará toda Su Voluntad y así la tuya será total.
Invita a tu mente la función que tienes junto con Dios, sólo así te unirás a Él pues tu función en el mundo es lo que Dios haría en tu lugar en cada paso que diera. Tu función es perdonar, al perdonar, amas y al amar unes tu Voluntad a la de Dios.
Comienza por dejar un espacio en tu mente para saber lo que Dios haría en tu lugar; no des todo por hecho, esa disposición es tu pequeña chispa de buena voluntad que el Espíritu Santo tomará para llenar tu corazón y tu mente del recuerdo de Dios, sentirás tanta paz, gozo y libertad que no podrás sino regresar por más. No te conformes con fantasías cuando puede vivir la plenitud de la Realidad de Dios.
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