Capítulo 4. Las ilusiones del ego.
Sección IV. La ilusión del ego-cuerpo.
Cuando decimos que todas las cosas obran conjuntamente para el bien aplica para todo menos para el ego, quien obra en contra de ti y te oculta cosas porque si te das cuenta de su propósito elegirías a Dios y si lo eliges a Él vas en contra del ego.
Para el ego es imposible aceptar los pensamientos de Dios porque eso significaría aceptar que él es irreal. El ego juzga lo que le supone una amenaza ya se trate de los impulsos del ego o de un pensamiento de Dios.
Al respecto de la ambivalencia del ego, podemos recordar que el ego al mismo tiempo que se siente vulnerable por tomar al cuerpo como su morada también se siente a salvo en él y a él le conviene que tú creas que eres un cuerpo porque de ti depende que él exista. Sin embargo, también odia al cuerpo porque no lo considera la mejor opción para él, dicha ambivalencia enloquece a la mente quien se pregunta dónde puede encontrar protección y el ego le responde asegurándole que es con él donde estará protegida.
UCDM insiste en realizar preguntas adecuadas para obtener respuestas que te ayuden a restablecer la sanidad de tu mente. En esta ocasión la pregunta que habría que formularse es: “¿Para qué?”, “¿Qué propósito tiene esto?” lo cual te llevará a dirigir tus esfuerzos en cada decisión que tomes.