Capítulo 1. El significado de los milagros.
Sección VI. La ilusión de las necesidades.
Para tener paz hay que aprender a perdonar, como lo haría alguien que concibe que tan sólo está percibiendo una realidad virtual. La satisfacción total de nuestras necesidades depende de ello ya que hay que tomar en cuenta que Dios representa la abundancia ilimitada y perfecta de todo lo que deseamos y por otra parte el ego representa la carencia de lo mismo; y de pensar, sentir, vivir y actuar con base en el ego es que se genera la ilusión de que careces de aquello que tanto anhelas.
Dios no te puede privar de nada porque te ama. La necesidad que tengas dará cuenta de quien tú crees que eres, si crees que tienes múltiples necesidades que satisfacer estarás aceptando que eres un ser finito y corpóreo. La única carencia a corregir entonces es la idea equivocada de creer que estamos separados de Dios, no sólo consiste en deshacerte de la idea de que tú lo estás sino que alguien más lo esté también; dicha idea equivocada tan sólo es una percepción distorsionada de la Verdad que todo fragmenta y divide en niveles y formas y de ahí nace la creencia de que tienes necesidades. La solución, por lo tanto, radica en la integración:
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De tu identidad: Tan sólo eres un Hijo de Dios, nada más y nada menos.
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De tu percepción: Transforma tu percepción corpórea que ve, escucha, siente, huele, en una experiencia unificada donde lo único que experimentes sea Amor.
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Necesidades: Lo anterior invariablemente te lleva a reconocer que tu única necesidad es de Dios.
Al llevar a cabo este proceso, tu acción se vuelve unificada, concentrada y con total atención; hasta someter todas tus creencias a la idea de que el miedo es falso y tu realidad es el Amor.
