top of page

Capítulo 10. Los ídolos de la enfermedad

II. La decisión de olvidar

Has olvidado quien eres pero ese recuerdo vive en tu mente, sólo te disociaste de él; cuando olvidas algo importante te da miedo, ansiedad, te preocupes y frustras.  Pues sucede lo mismo con tu origen sólo que eso te genera un estado de miedo fundamental causante de la dualidad de tu mente.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tan sólo disponte a recordar y deja que el Espíritu Santo te guíe, resulta que cuando te dispones quizás no sucede lo que quieres sino que se te presentan oportunidades para que puedas poner en práctica tu decisión de recordar; cabe aclarar que no se trata de pruebas porque Dios no te pone a prueba y el ego te castiga por decidir en contra de él; así que toma los sucesos de tu vida como una oportunidad para validar sólo el amor y descartar lo que no lo es.  No te pongas ansioso, ni preocupado, ni temas nada en absoluto porque serás guiado con cuidado y amor a la más grande de tus posibilidades, pero siempre a través de tu paz, tu alegría y tu confianza.  De esta manera tu mente se liberará día con día y podrás ver el plan perfecto de Dios y tu papel en él.

Olvida todo lo que aquí has aprendido porque tu realidad inmortal es exactamente lo contrario a lo que has creído.  Diviértete y disfruta en el camino, tómatelo con calma y sonríe ante todo, porque si caes en la tentación de olvidarte de reír, entonces harás real un sueño, una fantasía que Dios desconoce por completo y por lo tanto no es tu realidad ni lo que te define. 

 

Cuando te preocupas, te enojas o te frustras, te estás atacando a ti mismo, no importa si hay alguien más en la ecuación, recuerda que formamos una sola Unidad por lo tanto cuando atacas, te atacas a ti mismo, mejor resuelve que hay cosas que no entiendes y que el Espíritu Santo te ayudará a comprender, finalmente llegarás a la resolución del no juicio y así se restituirá la paz en tu mente.  No importa cuánto lo intentes, hazlo una y otra vez hasta que el no juicio se vuelva un hábito, el milagro una realidad y el recuerdo de Dios sea cada vez más vívido.

Por Caanly Hernández Galán

Si deseas una consulta de manera personal o en línea haz click aquí

bottom of page