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Capítulo 2. La separación

y la Expiación

 

Sección IV. La curación

y la liberación del miedo

 

El propósito de la curación es liberarte del miedo y se hace a través del milagro de la Expiación.  Lo único que hay que sanar es a la mente pues es la única que puede errar y el miedo es un error.  El cuerpo no puede crear pues es sólo un instrumento del ego, lo que hace el cuerpo es actuar a partir de un pensamiento que puede ser falso (guiado por el ego) o verdadero (inspirado por el Espíritu Santo).

 

Un Curso de Milagros afirma que “la mente no puede crear más allá de sí misma” por lo tanto todo es mente y la mente es la única que puede crear, lo que nosotros entendemos como nivel físico es tan sólo un nivel de la mente tan flexible y maleable como lo son nuestros pensamientos.

 

El Espíritu sólo Es, la mente es la que crea y el cuerpo, si se le comprende correctamente, es tan sólo un recurso de aprendizaje, por lo tanto el cuerpo no puede acertar ni errar, tan sólo actúa como nuestros pensamientos lo están dictando.  El cuerpo es tan real como lo es un pensamiento, si el pensamiento nace del ego su experiencia es una fantasía y por lo tanto lo acertado es no tomarlo en serio, si el pensamiento nace de Dios, se convierte en un instrumento para sanar, en un hacedor de milagros.

 

El cuerpo sólo puede sanar si la mente se sana pues el cuerpo es una representación de la mente, cualquier otro medio es inútil porque es artificial y sus efectos también lo son. Cada vez que se ocupen elementos artificiales bien haríamos en reconocer que quien lo sanó fue un pensamiento de que eso es posible y si reconoces que la fuente de toda sanación es Dios, entonces habrás dado un paso más.

 

La forma del milagro no es lo relevante ya que se presenta justo de la manera en la que la persona pueda entenderlo, por eso es que inefable y tan sólo tiene sentido para su poseedor, sin embargo sus efectos siempre son para todos por igual.  Después de un milagro tu nivel de comunicación con Dios y con Su Hijo se hace más fina y habrá cumplido con uno de sus propósitos más importantes.

 

Por Caanly Hernández Galán

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