Capítulo 9. La aceptación de la Expiación
III. La corrección del error
Sabemos que el Hijo de Dios, o sea tú, sólo puede estar equivocado pero no puede pecar, es decir su error no es fatal ni incorregible. Cuando en UCDM se habla de corregir el error siempre es en ti mismo con respecto a tu interpretación de las cosas, jamás se te pide que corrijas a nadie, sino que lo ames y lo perdones, entendiendo el perdón como el cambio de mentalidad con respeto a quien eres tú y quien es el otro.
La falta o el error que percibes en el otro sólo la puedes ver a través de tu propio ego y eso sólo lo refuerza en ti y en él. Además tu hermano tiene razón por ser un Hijo de Dios, por lo tanto tu función no es juzgarlo, sino amarlo de esa manera te haces consciente de la unidad que formamos todos y podrás recuperar tu paz, libertad y recuerdo de ti mismo y de tu lugar en la creación.
El error que percibes en tu hermano es el tuyo y la guía que debes solicitar debe estar dirigida a que se te ayude a darte cuenta de ello para que puedas estar en paz y perdonar, y así ese tema deje de inquietarte.
Tú no te puedes corregir a ti mismo más que con la ayuda del Espíritu Santo, tan sólo puedes aprender a estar atento a las interpretaciones que haces y solicitar la guía para que se te oriente sobre cómo cambiarlas; así que tampoco puedes corregir a nadie, ni cambiarlo, tan sólo se te pide que perdones y aceptes a tu hermano tal y como es.
Para que puedas liberarte del sueño en el que los sentidos te mantiene atrapado debes aceptar tu única función en el mundo: perdonar; si intentas asumir otra función te olvidarás de la tuya. Déjate llevar, aprende a soltar las ideas que tienes de ti mismo y del mundo diariamente, aprende a ver lo absurdo que es este mundo y recupera tu capacidad de reírte de él, te será fácil cuando reinterpretes todo a a luz del perdón.
Si deseas una consulta de manera presencial o en línea haz click aquí