Capítulo 11. Dios o el ego
VII: La condición de la realidad
Lo que tú creas amorosamente es eterno, siempre ha sido y siempre lo será, lo que percibes en cambio no lo es, luego entonces, lo que percibes no puede tratarse de la creación que se le atribuye a Dios. Si lo que percibes no es la creación entonces debes aprender a percibir de nuevo para que veas un mundo nuevo.
Los pensamientos crean, pero sólo puede crearse lo que es verdadero y lo verdadero es amoroso, sino es amoroso, no es verdadero y no puede ser creación de Dios ni de Su Hijo, por lo tanto, tan sólo es una proyección de una mente errada porque se concibe separada del Todo.
El mundo real es algo que puedes percibir pero requieres estar dispuesto a verlo y no ver nada más, pues si aún crees que puedes ver el mundo real y el verdadero al mismo tiempo no podrás notar la diferencia entre uno y otro y por lo tanto no podrás elegir acertadamente.
El problema con el ego es que no sólo ve lo bueno sino también su contraparte, por eso es inestable, a su percepción siempre añade lo no real y eso es confuso. La verdad siempre se encuentra, te abarca, sólo que tú ves algo más que la verdad y eso te priva de lo que Dios ha creado para ti, conocerte implica saber reconocer lo que es verdad y real de lo que no lo es; el miedo es falso, el amor es verdad, por lo tanto todo aquello que te haga temer o que contemple la idea de separación o miedo en cualquiera de sus manifestaciones, es falso; decídete por lo verdadero para que lo puedas ver.
Si deseas una consulta de manera presencial o en línea haz click aquí
