Capítulo 13. El mundo inocente
I. Inocencia e invulnerabilidad
Así como la inocencia es a la invulnerabilidad, así es la culpabilidad al ataque. Este mundo con sus leyes y reglas es el símbolo del ataque y la culpa porque es el símbolo de la muerte, la muerte, de la separación y el aislamiento, no es algo real, es un estado mental que se representa en lo que conocemos a través de la experiencia como separación y muerte.
Los cambios, las crisis y los conflictos que experimentas a lo largo de tu vida ya sean biológicos, emocionales o mentales son expresiones de una mente que conoce la culpa y el miedo; de hecho el mundo entero es un símbolo de tu estado mental. Dios no tiene nada que ver con la creación de este mundo, ese "dios" que "creó" (en realidad fabricó porque es falso) este mundo es el ego, el ego es el "dios" con el que estas enojado y es con el que tú proyectas y representas en esta gran obra de teatro las diferentes facetas del pensamiento de separación. El universo es la respuesta a la pregunta "¿Cómo sería crear sin amor?".
Sin el mundo y sin tu experiencia en él no podrías entender la idea del tiempo, pero sin él recordarías perfecto lo que es la eternidad, recordarías también que tú eres eternidad y olvidarías por completo la idea del tiempo; sólo en el tiempo es comprensible tu culpabilidad, tu preocupación, tu estrés y tu miedo; pero sin un pasado no tendrías culpabilidad y tampoco podrías construir un castigo para ella, es decir, un futuro, por lo tanto vivirías en el presente, en la eternidad y en la eternidad tú eres inocente e invulnerable.
No puedes estar en el tiempo y en la eternidad simultáneamente porque uno invalida al otro y porque cuando estás en el tiempo al ser una idea falsa , todo lo que concibes desde ahí es falso y desaparece en cuanto recuerdas quien eres, así como un pregunta hizo posible en un instante que todo un universo proyectara, así tu deseo de Dios, puede hacerte recordar quien eres.
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