¿Cómo puedo saber que mi hijo
menor de 4 años es hiperactivo?
Los niños pequeños responden a innumerables estímulos, cada uno de sus sentidos les ofrecen la oportunidad de aprender algo nuevo del ambiente para así desarrollar habilidades cada vez mas sofisticadas, desde el lenguaje y la psicomotricidad, así como la creatividad, la capacidad de resolución de problemas de cualquier índole, hasta la concepción de valores como la paciencia, la tolerancia, el respeto y muchos más.
Si bien es cierto que mes con mes y año con año los niños deben tener un comportamiento esperado para su edad; cada niño es un mundo aparte, se desarrolla y adquiere aprendizajes a un ritmo particular.
¿Es mi hogar un ambiente tranquilo para que mi hijo se desarrolle? ¿Conservo la paciencia en sus berrinches, temores y/o demandas? ¿Tiene el espacio y el tiempo adecuado para que juegue y explore plenamente? ¿Existen hábitos, deberes y límites debidamente organizados en casa? Son algunos de los cuestionamientos que los padres deben realizarse, ya que lo anterior facilita el aprendizaje de pautas de conductas tales como el control de impulsos, la concentración y el interés por aprender así como la paciencia y la creatividad para resolver problemas con intuición y sentido común.
Antes de los 4 años los niños viven múltiples situaciones que los llevan a adquirir exitosamente los recursos internos anteriormente mencionados, las pautas educativas y la repetición de los hábitos y límites en casa son imprescindibles para lograrlo.
De los 0 a los 4 años es común que los niños no conserven el interés en situaciones que les demanden demasiado tiempo y atención; es decir, su atención es breve, sus impulsos precarios y su necesidad de movimiento es grande; nunca hay que perder de vista que cada niño tiene un temperamento diferente y por lo tanto necesidades propias.
Gradualmente dichos recursos se van adquiriendo, es decir de los 0 a los 2 años se acentúan estas características y de los 3 a los 4 el niño está listo para comenzarlas a entrenar.
De los 4 a los 6 años se espera que los niños ya hayan adquirido estos recursos, al menos por lapsos de tiempo más extensos y que su intento siempre vaya dirigido a ello. Si a esta edad, observamos que el niño se esfuerza demasiado y fracasa constantemente en el intento a pesar de que en casa se fomente el ambiente propicio para ello, entonces es probable que exista algún impedimento de tipo neurológico, sin embargo, la valoración exhaustiva y personalizada del ambiente escolar y familiar del niño es primordial para precisar el diagnóstico.
Toma en cuenta que cuando en casa están pasando por una situación familiar difiícil como separaciones o discusiones constantes de los padres, cambios de casa o escuela, ambientes de drogadicción, alcoholismo, violencia y/o abuso sexual, la conducta inquieta y distraída del niño y con poco control de sus impulsos muy probablemente se deba a estas situaciones.
De cualquier manera hay que ser muy cuidadosos con el diagnóstico y con etiquetar a un niño porque puede ser muy dañino para un desarrollo sano, para su autoestima y confianza en sí mismo.