Cómo gestionar las emociones en niños sensibles
Sentir emociones es algo completamente normal en los seres humanos, cualquier emoción ya sea positiva o negativa tiene un propósito y formará parte de nuestra vida, así que saber gestionarlas y no controlarlas es un aprendizaje esencial y como bien sabes dicho aprendizaje comienza desde la infancia a través de nuestros padres. Aprendemos de ellos la manera de expresar las emociones, a reaccionar ante ellas y a tomar decisiones; aprendemos también a corregir nuestros errores, lo cual implica haber asumido la responsabilidad de nuestras acciones, lidiar con la culpa, enojo y orgullo para que finalmente sepamos expresar con la mayor exactitud posible nuestro punto... pff!! Se oye fácil, pero se perfectamente que no lo es, requiere tiempo entrenar y fortalecer nuestra inteligencia emocional.
Esto se convierte en un reto cuando somos padres y nos toca hacer lo mismo con nuestros hijos, ya que por lo general, no queremos repetir los errores de nuestros padres, pero ¿Qué tal cuando tenemos un hijo sensible, o mejor dicho altamente sensible? Un niño PAS (Persona altamente sensible) es básicamente lo que conocemos como índigo, violeta y cristal, checa este enlace para saber más acerca de las personas altamente sensibles.
Es una tarea difícil porque en general no sabemos cómo lidiar con nuestras propias emociones e incluso nos sentimos incómodos cuando alguien expresa su enojo o tristeza o cualquier otra emoción incluso la alegría. Por eso, es muy importante como padres informarnos y estar preparados para criar hijos emocionalmente fuertes y asertivos. Toma en cuenta que un niño emocionalmente sensible tiene sus sentimientos a flor de piel, lo cual requiere de ti más paciencia y que inviertas mas tiempo en ayudarle a comprender lo que está pasando y a darle salida a sus emociones.
Te comparto algunos tips para que comiences tu viaje de aprendizaje emocional al lado de aquellas personas que más amas: tu familia.
1. No te alteres junto con él. Es uno de los pasos más difíciles puesto que requiere de ti paciencia, tolerancia y comprensión de lo que está pasando para que puedas contener adecuadamente a tu hijo. Es mejor anticiparte y prevenir, así que date cuenta cuando tu hijo está comenzando a frustrarse, enojarse o desesperarse y hazle saber que todo está bien, ayúdalo a respirar y si es es el caso, anímalo a que lo intente de nuevo cuando esté mas tranquilo.
2. Dale nombre a la emoción. En niños pequeños es normal que no sepan expresar con palabras lo que sienten o por qué están actuando de la manera en la que lo hacen; por eso es muy conveniente que le des nombre a lo que está sintiendo.
3. Escucha activamente. La escucha activa es un recurso indispensable para tener relaciones más armoniosas, sanas y equilibradas, se trata de escuchar sin juzgar ni anticiparte a la respuesta, de estar presente y entregarte al momento que estás compartiendo con tu hijo, escuchar entre líneas, saber esperar, tomar respiros, acompañar porque no siempre tenemos la solución o existe una solución a lo que nos pasa lo cual nos permite aceptar las cosas y encontrar nuevas alternativas.
4. Da tiempo y espacio. Las personas altamente sensibles requieren calmarse y eso toma tiempo y espacio; así que hazle saber de manera anticipada que cuando se sienta muy enojado triste que será muy necesario que se retire a un lugar privado y que espere a sentirse mejor. Al terminar, puede reincorporarse y juntos podrán hablar sobre lo que se necesite y llegar a acuerdos.
5. Fomenta la comunicación empática. Para tal efecto, ambas partes deben asegurarse de que el otro comprendió lo expresado y eso se aprende desde pequeños a través del ejemplo, cuando él termine de hablar, puedes decir algo así como: "Escucho que te sientes enojado porque tu juguete se rompió y eso te pone muy triste." y tu hijo responderá afirmativamente y te contará más o bien romperá en llanto para lo cual necesitará de un hombro que lo acompañe y no que lo juzgue o lo aleccione, así que evita hacerlo, al menos en ese momento; puedes agregar algo así como: "¿Quieres que te diga lo que haría yo?" o bien "¿Te cuento cuando me pasó algo similar?"
6. Recuerda que las personas aprendemos más a través del ejemplo, es un fenómeno social, hacemos lo que vemos que hacen otras personas, mucho más si son líderes de opinión o los admiramos de alguna manera; así que si tu ejemplo no es el mejor o si reconoces que tu hijo se parece un poco a ti, es buen momento para aprender a gestionar tus emociones junto con él.
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