Capítulo 4. Las ilusiones del ego.
Sección IV. Esto no tiene por qué ser así
El mundo nos presenta una realidad: “Que si eso es muy difícil”, “Que las cosas funcionan así”, “Que si nadie lo ha intentado”, “Que probablemente no se pueda”, y mil más que te descorazonan y desmotivan, pero debes aprender a reconocerte, el ego es el único que se descorazona y desmotiva, tú no, tú eres el Hijo de Dios infinitamente feliz, entusiasta y motivado; así que cuando se te presente una realidad que te haga sentir diferente a como te sientes como Hijo de Dios, dite a ti mismo: “Esto no tiene por qué ser así”:
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Cuando escuchas la voz del ego en lugar de la de Dios, debes saber que de la voz que elijas escuchar depende lo que crees de ti mismo.
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Puedes cambiar de mentalidad cuando así lo quieras, tan sólo debes observar tus decisiones y elecciones siguiendo la pista de tus emociones que te llevarán directo a la causa que son tus pensamientos; cuando llegues ahí reflexiona si lo que piensas se parece a lo que pensaría Dios.
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La depresión, la ansiedad y la culpa provienen de ideas erróneas de carencia y de caprichos del ego debido a que el ego se dedica a violar las leyes de Dios. Si el ego sigue al mando, cambia de parecer.
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Vigila tu mente y mantente alerta para que trasciendas al ego y sanes. No permitas que tu mente divague, eres digno de ser disciplinado y no demorar.
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Plantéate como objetivo desvanecer al ego con la luz de la fuerza de Dios, vigila felizmente a tu mente para no aceptar nada que te distraiga de lograrlo. Utiliza a tus emociones como guía para saber si estás haciendo lo correcto y lleva al ego a juicio ante Dios quien lo declarará inexistente.
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Tú eres el espejo de la verdad, elige brillar con Su Luz, el ego puede impedirte a ti que eso pase pero no puede impedirle a Dios que brille en ti, así que depende de ti.
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Puedes hacer que llegue el momento del fin del dominio del ego y la curación de tu mente y permitir que se te ayude. Puedes hacerlo, todo es perfectamente posible si tú lo permites.