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Esfuerzos enfocados
No hay algo tan gratificante como lograr aquello que pensabas que era imposible o muy difícil de lograr, de pronto tan sólo sucede y estás ahí en el lugar que alguna vez soñaste inalcanzable. Un Curso de Milagros te habla de aquello que puedes lograr si tan sólo te enfocaras y unificaras tus esfuerzos para un solo fin: El deseo único de Dios; el cual se traduce en ser feliz aún en circunstancias que crees que no es posible, también equivale a ser feliz independientemente de todo lo que ahora crees que necesitas para ello.
El deseo único de Dios lleva implícita la idea de que ya no deseas nada más de lo que el mundo te ofrece porque reconoces su inexistencia. Esto no se logra de la noche a la mañana, pero sí puedes lograr rápidamente llevar a cabo un paso a la vez, comenzar hoy con una rutina que te ayude a recordar a Dios, a ser más positivo, más amoroso, más calmo, en resumen a ser una mejor versión de ti mismo; al principio lo sentirás así, después todo comenzará a tener sentido porque elegirás sonreír en lugar de lamentarte, elegirás respirar en lugar de reaccionar, elegirás reír en lugar de tomarte las cosas en serio, elegirás amar en lugar de juzgar, elegirás reafirmarte en tu camino en lugar de rendirte.
Comenzar hoy con una sencilla práctica disciplinada, te colocará en el camino. Un Curso de Milagros tiene esa metodología, que son 365 ejercicios que puedes realizar un día a la vez durante un año, pero requiere que adquieras el hábito de leer el libro para que sepas lo que estás haciendo, unirte a un grupo de estudio, aprender a meditar, escuchar audios y/o ver videos sobre el tema con regularidad te ayuda a mantenerte motivado y a continuar a pesar de lo que parezca sucederte. Haz lo que esté a tu alcance y no te represente demasiado esfuerzo, vale más pequeños pasos de bebé a buen ritmo que pasos gigantes esporádicos.
La meta es conocerte como el ser luminoso y amoroso que eres y olvidar lo que una mente confundida te ha hecho creer acerca de ti y del mundo que percibes. Y en esto no puedes fallar porque lo verdadero es y está ahí para ti, tan sólo necesitas verlo.
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