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Capítulo 14. Las enseñanzas en favor de la Verdad
IX. El reflejo de la santidad
Al margen de lo que te haya sucedido en el pasado, de lo que te esté pasando ahora o temas sobre el futuro, estás a salvo de todo eso. Tu pase de salida de la novela de tu vida es la Expiación que dicta que estás a salvo, es decir que eres santo y que eso no cambiará.
Puedes reflejar esa santidad en el mundo que no es más que la aceptación de que eres incondicionalmente amado por Dios no porque sea demasiado bueno y te haya perdonado todo sino porque Él no comparte el disparate de creer que estas separado de Él. Tu pensamiento de separación es lo que te lleva a fabricar un mundo dual, pero no temas porque sólo es una imagen virtual que desaparece ante la luz de tu santidad en el instante en el que decides dejar de creer en lo que proyectas.
Tu vida dentro del universo es una proyección de tu mente, tu condición en el mundo es falsa, así como tu personalidad y tus relaciones, por lo tanto, todo eso puedes llevarlo ante la luz para que veas cómo se desvanece, lo que quedará será lo amoroso, lo perfecto y lo eterno; tu santidad es la integridad e impecabilidad de tu ser, es tu liberación del tiempo y lo que parece suceder en él.
La respuesta a cualquier pregunta siempre es: Eres santo y el resultado es la curación de tu mente y la claridad de tu visión, que experimentarás como paz mientras sigas estando por acá.
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