Capítulo 17. El perdón y la relación santa
II. El mundo perdonado
El mundo perdonado es el mismo de ahora pero con tu reconocimiento de que Dios está en todo y por lo tanto no tienes nada que temer, sino al contrario, verás belleza y pureza en todo; ya no podrás ni siquiera notar los espejismos del ego pues no será fácil engañarte cuando hayas perdonado todo.
La línea que te separa de este mundo es tan delgada que cuando la hayas cruzado no podrás creer que demoraste tanto. El perdón, la salvación y el milagro que te llevaron hasta ahí habrán cumplido su propósito y no necesitarás más de ellos, pues donde todo está perfectamente iluminado, las velas ya no son necesarias.
Nada de lo que más bello y feliz que hayas experimentado aquí se puede comparar con el amor y la verdad que encontrarás; desde una perspectiva dual es inconmensurable ¿Has deseado que tus mejores momentos no se acaben nunca? Bien, pues imagina que se extienden eternamente y que son tan perfectos que el éxtasis que experimentas hacen vibrar todo tu ser.
Ese pequeño paso que darás es un regalo, de hecho ya se te ha dado, previo a eso tuviste que haber cambiado de mentalidad y es así que aprendiste a alcanzar la plenitud del mundo perdonado y ver ese mundo que espera por ti.
El mundo que ahora ves será un sueño que apenas y recuerdes pero que se disolverá por completo y en la nada de donde provino. Deséalo impacientemente como si tu vida dependiera de ello y con plena confianza aguarda su respuesta.
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