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Capítulo 6. Las lecciones del amor

Sección I. El mensaje de la crucifixión.

La crucifixión es una referencia muy clara de no juicio/perdón/amor, un ejemplo de que sólo es posible concebir la existencia del ataque cuando hay miedo y de que el Hijo de Dios puede librarse de sus efectos cuando centras tu atención en el milagro, sólo cuando tu fe está en el ataque puedes ser vulnerable.

Las lecciones del amor deben ser benévolas debido al mensaje intrínseco en ellas y eso incluye a la crucifixión cuya lección es constructiva y correctiva porque cambia la interpretación que haces de las cosas “malas” que te pasan.  Tu interpretación de las cosas depende del sistema de pensamiento con el cual lo entiendes, por lo tanto la crucifixión es tu oportunidad para liberarte del miedo si la interpretas desde el amor.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La crucifixión en tu vida está representada cuando te sientes perseguido, culpable, rechazado o con miedo, es el miedo a tu destrucción, sólo el cuerpo puede ser destruido pero tú no eres un cuerpo y por lo tanto no puedes ser destruido, así que tu ira no puede estar justificada tan sólo significa que te basas en un sistema de pensamiento equivocado.  La interpretación que no compartes no la refuerzas.  Eres perfectamente invulnerable a cualquier ataque de cualquier tipo, tu fe en esto es lo que refuerza esta realidad en tu mente y de esa manera compartes el mensaje de amor con tu ejemplo.

 

La crucifixión representa la idea de que aún con el ataque más cruel puedes permanecer invulnerable debido a la impecabilidad de tus pensamientos; y el ataque en sí tan sólo son equivocaciones que el Hijo de Dios comete y proyecta fuera de sí.  La crucifixión también es tu oportunidad de aprender en cabeza ajena y pensar como pensó Jesús. No importa el canal de donde venga el mensaje del Espíritu Santo si le haces caso te sanará y habrá cumplido su cometido.  Pregúntate si la interpretación de lo que percibes está de acuerdo con el Espíritu Santo y tendrás tu respuesta, después deja que Su voz transforme tu mente.

La crucifixión fue un ejemplo extremo cuyo propósito es que tú no tengas que pasar por tal sufrimiento para aprender que tanto su causa como su efecto son inexistentes y por lo tanto no significan nada, sólo la culpa puede hacer de una experiencia algo doloroso y sólo el amor puede hacer que la misma experiencia transforme tu mente y la sane.

Cuando compartes la manera de pensar de Dios te unes a Él, de esa manera podrás conocerte y apreciarte y te sentirás agradecido por ser lo que eres.  Necesitas recordar que entre hermanos sólo puede haber amor y no ataque, si estás convencido de esto, tu influencia de sanación será ilimitada y lo que hagas por ti lo harás por todos.

Parafraseando a UCDM: “Enseña amor, pues eso es lo que eres.”

 

Por Caanly Hernández Galán

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