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Capítulo 7. Los regalos del Reino

Sección XI. El estado de gracia

Lo natural en ti es el estado de gracia, pero mientras tu atención esté centrada en el mundo no puedes expresarte de esa manera puesto que el mundo es antinatural para ti.  Cuando te dispones a los milagros aceptas tu estado de gracia el cual es opuesto a un estado de tensión; tu experiencia aquí es de constante tensión por lo tanto no es un ambiente digno de ti y tampoco tiene caso que te adaptes a él o que lo adaptes a ti porque su naturaleza es contraria a las leyes de Dios.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En este mundo que fabricaste junto con el ego difícilmente es un lugar donde puedes expresarte amorosamente sin sentir duda, temor o culpa, esto hace que niegues a Dios y al hacerlo dejas de ser consciente de todo lo que Él ha creado para ti.

Tu estado natural es el de dar a mor a todo lo que ves, tocas y recuerdas sin excepciones y sin limitaciones, precisamente porque esto es característico de tu estado natural en el que Dios te creó porque lleva implícita la idea de una mente unificada en cualquier sentido.

Dios da todo a todos y se entrega a sí mismo a ti por completo y sin limitaciones así que cuando ves a Dios en todos los habrás conocido, así como a Él a ti. 

 

Tú puedes crear como Dios te creó a ti únicamente cuando te reconoces como un solo Hijo de Dios, es decir, cuando te ves a ti mismo en el otro porque todo en Dios es total y unificado. 

 

Por Caanly Hernández Galán

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