Capítulo 14. Las enseñanzas en favor de la Verdad
Sección II. El alumno feliz
Si quieres estar bien en cualquier aspecto de tu vida debes aprender a ser un alumno feliz. En realidad la felicidad no depende de lo que suceda a tu alrededor sino de tu disposición, de tu confianza y de tu actitud positiva, al margen de tus expectativas. Es muy complicado sino imposible mantenerte de esta manera si tu atención está puesta en lo que no hay, en lo que no tienes, en lo que no puedes y en lo que no eres; por lo tanto, requieres estar dispuesto a aprender que la realidad que percibes es sólo producto de una fantasía dramática de carencia y que debe haber algo más que esto, es cuestión de tiempo para que comiences a ser testigo de lo que conscientemente quieres ver.
La única y más importante lección a aprender es que “la Verdad es verdad”, en realidad es muy simple y requiere de ti tan sólo un pequeña dosis de buena voluntad para darte cuenta, si te parece difícil es porque estás intentando racionalizarla a través de la complicada mente del ego, por eso hay que comprenderla por medio de la intuición, a través del corazón, es como vivir en paz, alegre y abundante antes de su manifestación, es el estado de felicidad anticipada ante la expectativa positiva de las cosas.
Digamos que, como siempre, tienes dos opciones: vivir con tu atención puesta en lo que no hay, en lo que no tienes, en lo que no eres y en lo que no puedes y la otra es vivir con la apreciación permanente de lo que ya tienes ahora y con la expectativa positiva de que lo que deseas ya es un hecho y que es cuestión de tiempo para que sea evidente para ti, porque no hay nada que el Hijo de Dios no pueda tener, ser y poder.
Cuando examinas lo que no es nada queda deshecho, un alumno feliz entrega todo y es feliz, es feliz de hacerlo y al hacerlo porque confía en que el miedo no es nada, que no puede perder nada y a cambio de eso lo recibe todo. Con la Verdad frente a ti no querrás más nada.
El trabajo consiste pues en satisfacer las condiciones del aprendizaje aquí en el mundo y las condiciones del conocimiento en el Reino, que es un estado de conciencia de perfecta paz. Te darás cuenta pronto que no hay obstáculos, no hay llaves porque ni siquiera hay puertas, sólo la Verdad que es verdad.
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