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Capítulo 11.  Dios o el ego

III. De las tinieblas a la luz

El conflicto es un ataque a ti mismo, pero esa no es la Voluntad de Dios porque el dolor es algo ajeno a Él, lo desconoce, por lo tanto eso mismo es todo lo que necesitas hacer para que desaparezca de tu experiencia y recuerdes la paz y quietud en la que tú y Dios viven.  Tú tienes un hogar, el mejor de todos, el único y más bello porque ese hogar es Dios y como Su Voluntad es no estar solo, Él siempre te acompaña y cuentas con Él para todo y en todo momento,

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Desconoce toda oscuridad, toda fuente de dolor y conflicto para que recuerdes poco a poco lo que Dios ha dispuesto para ti, al saberlo te sentirás tan pleno y feliz que sólo crearás belleza porque es lo único que querrás compartir, la oscuridad se desvanecerá y de pronto estarás en la paz que la luz representa para tu conciencia.

Dios dispone lo más, lo mejor, lo eterno y lo ilimitado y lo que Él dispone para Sí lo dispone para ti también.  La Gran Luz que eres siempre te acompaña y abarca, no hay razón para dudar de su existencia, disponte a verla, abre tu corazón a ella y la verás en todas partes y la compartirás porque sólo serás consciente de ella y eso iluminará aún más tu corazón.

Dios habita en el templo de tu corazón eso es un hecho; lo que es una fantasía es que haya oscuridad en él; no valides ilusiones ni fantasías, cuida el templo sagrado de tu mente y corazón y no permitas que el miedo o la culpa la invadan; invita a todos tus hermanos a tu corazón y reconócete en la Unidad que formamos todos en todo momento y nos encontrarás a todos como uno solo en la eternidad.

Por Caanly Hernández Galán

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