Capítulo 13. El mundo inocente.
Sección VII: De la percepción al conocimiento.
La curación consiste en liberar el pasado, no sólo la carga emocional que implica sino la idea lineal del tiempo en la que se concibe como posible la existencia de un pasado y de un futuro, esto indudablemente nos facilita la posibilidad de vivir en el aquí y en el ahora.
Cuando nos experimentamos en el presente nos es posible accesar al auténtico conocimiento, que es del Padre y llega a través del Espíritu Santo y consiste en reconocer que el pasado no existe. De aquí la simultaneidad entre el conocimiento y la curación. Por lo tanto una mente sanada vive en la Eternidad y lo contiene todo.
La percepción es parcial mientras que el Conocimiento es Total. La percepción es la que nos lleva a la idea equivocada de la separación, precisamente porque nace de un error (el ego) no tiene consecuencia alguna. Bajo la práctica de la percepción no tienes testigos de tu esencia divina y por lo tanto no das testimonio de ella, es por eso que el milagro se necesita mientras validemos como cierto todo aquello que percibamos ya que a través de él se nos restituye la Visión Verdadera.
Practicar la percepción milagrosa es lo que te conduce a la sanación, esta nos ayuda a restituir la unicidad de la Mente, a su vez nos libera del pasado y nos conduce a vivir la Eternidad. La percepción milagrosa te ayuda a verte a ti mismo en el otro por eso es por lo que libera en el instante mismo en el que sucede y es ahí donde el tiempo cesa.