Capítulo 4. Las ilusiones del ego.
Sección VII. Creación y comunicación
Creación y comunicación son sinónimos, a través de la palabra es como se da lugar a la creación, así lo hace Dios y por lo tanto Sus hijos, nosotros, también.
Cualquier cosa que percibas es una ilusión y como tal es irrelevante, sin embargo su corrección debe realizarse en el contexto, es decir, las ilusiones del ego son concretas, más la mente en sí es abstracta y ella se divide en lo percibido, tal y como sucede con un haz de luz que al pasar por un cristal se divide en diferentes rayos de colores. Lo específico, el ego, es relativo a ciertas circunstancias, la mente de Dios, lo abstracto, es de aplicación universal.
El ego percibe a un todo separado, se siente amenazado de manera permanente porque ha intentado usurpar un lugar que no le corresponde, el de Dios. Por lo tanto, se protege de todo lo que te recuerde tu esencia divina y entonces controla la comunicación porque sí garantiza su existencia, de otra manera te darías cuenta que es un farsante y le dejarías de prestar atención.
La comunicación hace posible que tú existas, por lo tanto la comunicación significa compartir y el gozo, la dicha y la felicidad es directamente proporcional a hacerlo, de esa manera se incrementa. Para el ego, como ya te has de imaginar es justo al revés, sus leyes como son físicas dictan que si das te quedas con menos o sin nada. Sin importar lo que compartas, ni cómo ni con quién si lo haces amorosamente tu felicidad aumenta, pero si lo haces con miedo, culpa o enojo eso mismo experimentarás.
Debes conocer la plenitud de tu mente para que así puedas saber lo que es compartir como Dios lo hace. A Dios no se le alaba con plegarias, rezos o sacrificios, sino dando un servicio a otros, compartiendo, ese es el único propósito de tu existencia, ese servicio consiste en perdonar, por lo tanto perdonar es tu único propósito aquí. El perdón es juzgar al ego como inexistente, eso es lo único que transforma tu mente y aumenta tu alegría lo que te dispone más fácilmente a compartirla. No te preocupes de nada, si lo permites, Dios te guiará en todo momento, se te dirá todo lo que necesites saber, lo que debas hacer o decir. Así que no tendrás duda en que eso es lo correcto.
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