
Índigos, la vida desde una conciencia expandida
No te has dado cuenta pero lo que tanto deseas a diario es expandir tu conciencia, cada vez que te despiertas por la mañana haciendo que ese día sea un gran día, cuando haces lo necesario para lograr una meta o cuando simplemente eres feliz y agradecido. Tampoco te das cuenta de lo que eso requiere hasta que lo llevas a cabo, pero cuando estás ahí sabes que echaste por la borda montón de cargas emocionales y creencias limitantes.
La conciencia es aquello a través de la cual comprendes el mundo, lo interpretas y le das significado, en la medida en la que aprendes algo nuevo y positivo de la vida tu perspectiva de ella cambia y se expande. Cuando algo difícil te pasa y aún así lo agradeces con humildad tu conciencia se expande, cada vez que perdonas y te haces más fuerte y amoroso, tu conciencia se expande, cuando terminas una relación laboral o de pareja y te concentras en comprender y soltar para llenarte de fe nuevamente, tu conciencia se expande. ¡Ves! Eso es justo lo que deseas.
Cuando naces tu experiencia no comienza con tu actual vida, no vienes en ceros ya traes contigo un bagaje de conocimientos a través de los cuales comprendes e interpretas todo y con el paso del tiempo, tu familia, tu contexto social, político y religioso aprendes cosas nuevas o las desaprendes. Cuando tus valores, tus metas e ideales son más elevados, y ciertas destrezas y talentos están más desarrollados podríamos estar hablando de una conciencia índigo, violeta o cristal. (Lee estos artículos para saber más).
Lo índigo es una conciencia, una forma de ver la vida y de vivirla, de relacionarse y de tomar decisiones. Imagina que la conciencia índigo es como hablar de lo que vives y percibes desde un tercer piso, si quieres comprender lo que sucede ahí entonces debes moverte a ese piso de lo contrario jamás lo comprenderás, a lo mucho lo respetarás y aceptarás; las experiencias y perspectivas de otras personas son útiles para aprender de ellas, pero sólo la empatía puede acercarnos a lo que el otro vivió y aún así la experiencia es parcial.
Imagina que naciste en una conciencia de cierto color, puedes moverte de un estado de conciencia a otro siempre y cuando sean inferiores, pero de pronto te encuentras con nuevos proyectos o experiencias de vida que te ayudaron a romper con paradigmas y te cambiaron la perspectiva, así que vives más ligero de cargas y entonces tras un proceso de cambios y aprendizajes que generalmente son difíciles porque son nuevos, tu conciencia se mueve y se expande al nivel inmediato superior. Este proceso se repite tanto como tú lo permitas y puede ser en esta encarnación aunque generalmente sucede al paso de cientos de ellas.
La conciencia índigo es muy racional, pero también es muy profunda, indaga, cuestiona, rompe límites y libera obstáculos, es guerrera y líder innata; la diferencia con quienes están en la conciencia violeta es que a estos se les facilita más concretar sus sueños y son más enérgícos y apasionados.
Los índigo y violeta nos están cambiando la manera de ver la vida y no de la mejor manera; no porque sea su intención sino porque tenemos una resistencia natural ante los cambios; esto tiene una explicación científica ya que se ha comprobado que nos resistimos al cambio debido a que el cuerpo necesita energía para mantener activas sus funciones vitales como la procreación, el descanso, la respiración, etc. Por eso cuando queremos tener mejores hábitos el cuerpo te pide 5 minutitos más. Pero los índigo llegaron para hacernos muy difícil permanecer como antes precisamente porque ellos están un paso adelante o como dice la analogía dos pisos arriba, en una conciencia más expandida.
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