Cómo sana la conciencia índigo
Hemos estado hablando del propósito sanador de la conciencia índigo; objetivo que comienzan a cumplir desde que nacen sobre todo en familias con circunstancias adversas para los padres pero digamos que a todas las personas nos llega el momento de trabajar aspectos personales y cuando tiene que ver con un hijo la mayoría de las veces no se puede seguir dejando pasar.
Para comprender un poco más acerca de la posición de un índigo ante esto, haremos la analogía con un militar, ya que ellos fueron preparados para propósitos muy específicos que difícilmente van a cambiar, están sumamente motivados por el honor, la justicia y la libertad, no les importa sacrificarse por un bien mayor. Los índigo tienen el alma de un militar o como anteriormente decíamos de un guerrero que cumple propósitos y valores más elevados ante los cuales no puede fallar. Así de fuerte es su voluntad y su entrega cuando se trata de sanar, comenzando por la familia.
Funciona a través de un mecanismo de la mente muy básico y lleno de información para nosotros como lo es la proyección; un hijo puede espejearnos nuestra más oscura sombra, nuestro más grande reto, aquello a lo que nos negamos a darnos cuenta, lo que venimos rezagando de vidas anteriores o bien temas transgeneracionales; los índigo agrandan las cosas para que sean evidentes y notorias, se convierten en una pesadilla, algo doloroso o muy difícil de manejar, pero esto es directamente proporcional a la resistencia que pongamos a cambiar. Y ante esto, nunca se rinden.
Como hemos visto en otros artículos, los cristal lo hacen a través de la resistencia pacífica mientras que los índigo y violeta son como una patada diaria en el trasero. Esto mismo hacen no sólo con su familia, sino con cada sistema arcaico con el cual se relacionan.
Sin embargo, para los índigo, violeta y cristal hay una alternativa para que puedan continuar con sus vidas y hagan lo mismo pero sin que les afecte, esta es la vía del perdón pero, comprendido desde el punto de vista de que tan sólo deben cambiar de mentalidad para que su mundo comience a ser diferente, una mentalidad que les ayude a soltar y a darse cuenta de lo efímera que es la realidad de los sentidos; deben comprender que el mundo tal y como lo conocen no va a cambiar entonces así podrán aprender a contemplarlo desde un lugar más puro, desde la visión del Espíritu; lo cual no significa que dejen de hacer algo por el bien de los demás, sino desde un lugar más amoroso y desapegado. Los más intuitivos siguen intentando sanar al mundo que ven y después soltar, pero sin sanar su mente primero del engaño de los sentidos, aunque es una mejor posición, hacerlo de esa manera eventualmente los atrapará de nuevo.
Los padres que tienen hijos que desde pequeños han presentado problemas de conducta, emocionales e incluso de salud física, podrían hacer el ejercicio de indagar dentro de sí: ¿De qué manera eso se relaciona conmigo? ¿Cuándo han sido así conmigo anteriormente o cuándo soy así conmigo? ¿En qué situaciones me ha pasado lo mismo o algo parecido a lo que le sucede a mi hijo? ¿Qué información acerca de mí mismo me da esta situación con mi hijo? Son algunas preguntas indagadoras que con una buena orientación y acompañamiento psicológico pueden descubrir con mayor facilidad. En el momento en el que cada persona toma lo que le corresponde el niño deja de presentar la misma conducta ya que la intención para la cual la presentaba ya se cumplió.
Todo esto se vive a nivel inconsciente, pero con un poco de trabajo personal te vas dando cuenta. La buena noticia es que en cuanto encuentran la manera de sanarse, la recuperación de una persona índigo, violeta y cristal es realmente acelerada.
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