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Capítulo 2. La separación y la Expiación

Sección VII. Causa y efecto

 

 

 

 

 

 

 

El miedo es un pensamiento y puedes pensar de esa manera o aprender a pensar de manera milagrosa, sólo debes vigilar a tu mente porque a partir de lo que piensas creas (extensión/Amor) o fabricas (proyección/miedo), necesitas del milagro para colapsar el tiempo y restaurar así la santidad a tu mente y que pueda ser más fácil para ti reconocer que la causa son tus pensamientos y el efecto lo que creas o fabricas, no al revés: crees que a partir de lo que percibes y experimentas en el mundo formas creencias y pensamientos, es justo lo contrario.

 

Tienes que saber que eres libre de elegir el milagro o el miedo, cuando elijes uno se elimina el otro. Cuando elijes el miedo estás percibiendo erróneamente y es tan real para ti lo que piensas que crees en eso y sufres en consecuencia, en cambio cuando elijes el milagro puedes darte cuenta que el único conflicto que había era entre el amor y el miedo y que desaparece cuando elijes el amor. Sólo así te das cuenta desde lo más profundo de ti que la única Causa es Dios y el único efecto es Su Hijo, no hay más, no existe nada más.

 

Cuando elijes el miedo le das poder, porque entonces crees que debes aprender a dominarlo y cuando haces eso lo validas pero recuerda: el miedo es irreal, no existe y no tienes que dominarlo; lo indicado es entregarlo y confiar sólo en lo que es real, y sólo es Amor lo es, el miedo no lo es pero al creer en él le das vida, deja de creer en él y desaparecerá como una fantasía.  Debes darte cuenta que estás en un error únicamente para proceder a su corrección, de la cual tú no te encargas sino el Espíritu Santo. Verás cambios paulatinos a modo de intervalos a través del tiempo pero esto es sólo porque lo percibes ya que el tiempo también es una ilusión que desaparecerá cuando ya no sea necesario para que sanes.

 

Dios creó a un solo Hijo, todos nosotros en conjunto lo somos, pero somos más que la suma de las partes, cada uno en su fantasía de estar separado puede elegir creer en el amor o en el miedo, pero esto no significa que lo fabricado por el miedo sea real sino que elijes creer en una ilusión y por eso la perpetúas. Hasta que todos en conjunto elijamos lo amoroso podremos saber lo que es la plenitud.

 

Cuando ya tengas suficiente de la ilusión y sientas ese hartazgo, estarás listo para comenzar a lograr algo, esto te lleva a que elijas al amor, lo aceptes y tengas dominio total sólo así tendrás confianza.  De todo este proceso lo que menos importa es el tiempo que te tome, ya el tiempo está bajo el control de Jesús, quien es el Maestro encargado de apoyarnos a todos en el proceso de Expiación.  

 

Por Caanly Hernández Galán

 

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