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Bájate en la próxima parada
El sistema de pensamiento que conocemos está hecho de contrastes y opuestos, la idea de que exista una comprensión que se pueda aplicar a todo y que se pueda compartir con todos es una utopía y efectivamente es imposible desde es concepción, debes salirte de la idea que tienes de ti mismo aunque sea por un instante para que pruebes la sensación de estar en perfecta paz, una paz en la que desees estar eternamente.
Imagina que estás caminando o quizás comiendo algo delicioso, cuando te concentras en el presente, tu mente se queda absorta en lo que observas y toda la experiencia en su conjunto se hace intensa, no existe nada más, ni lo que conocías antes ni lo que supones que podrías conocer acerca de ese objeto en cuestión, tan sólo estás tú y lo percibido, pero cuando tan sólo eres sin pasado ni futuro, lo percibido y tú se vuelven uno, se deshacen todas las barreras, las diferencias, las limitaciones y ya no son dos, sino uno; ese es el pedacito de eternidad con el que contamos en nuestra experiencia corporal.
Ahora imagina que dentro de tu rutina diaria, tienes al menos un momento en el que practicas la atención en el presente ¿Sabes qué sucede cuando lo haces? Como dice Mafalda "te bajas del mundo", te sales de él. Tus pensamientos como ladrillos moldean tu realidad, son como una maquiladora que fabrica vidas, si paras la máquina, paras la producción. ¿Qué crees que pasaría si pararas la producción constantemente? Pierdes el ritmo, la motivación, baja la producción, el rendimiento ¿Acaso no quieres que suceda eso con los aspectos dolorosos de tu vida? Claro que sí, por los aspectos positivos no debes preocuparte porque Dios está de acuerdo contigo en ellos y no pueden se eliminados.
Así que corta tu día, dale más eternidad a tu mente, deja que se te guíe para reinterpretar todo amorosamente y comparte tu nueva visión, te verás fortalecido, expandido y liberado.
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