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Capítulo 8.  El viaje de retorno

Sección II. La diferencia entre aprisionamiento y libertad

Para que puedas ser libre debes conocer la Verdad acerca de ti mismo y el único que la conoce dentro de este mundo es el Espíritu Santo.  El ego no sabe nada por eso sólo crea confusión y eso es lo que enseña y lo único que puedes aprender de él.  La confusión y el conflicto no es tu voluntad ni tu naturaleza así que sólo perderás tu tiempo si le prestas atención al maestro incorrecto.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El Espíritu Santo te enseña que tu voluntad y la de Dios no pueden estar en desacuerdo, pues tú eres Su Voluntad y en tu reconocimiento y aceptación de ello radica tu libertad.  El Espíritu Santo además te enseña a distinguir entre la dicha y el dolor, así como a reconocer la diferencia entre el aprisionamiento y la libertad; el ego te ha enseñado que una cosa es la otra, o sea que lo que te aprisiona te libera y lo que libera te aprisiona por eso te sientes confundido y no logras sentirte bien.

El papel del Espíritu Santo es que recuerdes quien eres y todas sus enseñanzas van dirigidas a que reconozcas al ser gozoso e ilimitado que eres tal como Dios Es.  Cuando tú como Su Hijo respondes al llamado de Dios que te pide volver, todos en nuestro corazón sentimos ese mismo deseo de despertar a Su llamado.

Por Caanly Hernández Galán

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